Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Mexicali

Las remesas

Las tres principales fuentes de divisas que genera la economía de México son el petróleo, el turismo y las remesas.

Las tres principales fuentes de divisas que genera la economía de México son el petróleo, el turismo y las remesas. En los últimos años las remesas provenientes de Estados Unidos y enviadas por nuestros compatriotas han desplazado a las primeras. La tendencia muestra que en el último año el flujo de remesas se ha incrementado, mientras en contraste, derivado de la pandemia de Covid-19, la llegada de turistas y las ventas de petróleo se han desplomado. Se estima que fueron más de 50 mil millones de dólares los que ingresaron al país, dinero suficiente que apoyaron a miles de familias que recibieron estos ingresos de parte de sus parientes o familiares. Lo malo de todo esto es que este dinero se destinó al consumo de bienes de uso final y no a la inversión productiva. A pesar de ello, no deja de ser positiva la contribución de nuestros connacionales a la economía mexicana. De no haber sido por ellos, la economía de las familias hubiera sufrido un deterioro importante. Sin duda, estos ingresos extraordinarios de divisas han mitigado y apoyado la gestión de López Obrador, de lo contrario estaríamos sumergidos en una depresión económica.

Las cifras de las remesas han sido anunciadas como resultado positivo del gobierno, sin embargo, hay que recordar a López obrador que en su campaña mencionaba “el que se quiera ir de México, se irá por gusto y no por necesidad”, palabras más palabras menos. Y afirmaba, nosotros vamos a crear las condiciones para que ya no se vayan del país. Vamos a crear fuentes de empleo suficientes y bien remuneradas. Sin embargo, hasta ahora no se ha visto un plan de inversiones en conjunto con los empresarios mexicanos para detonar el crecimiento, al contrario, se observa una incapacidad de México para generar oportunidades de empleo. Hay que ser objetivos, sin el apoyo del presidente de los Estados Unidos los mexicanos no hubieran mandado los miles de millones que arribaron a nuestro país. “Presumir las remesas, es un reflejo de incapacidad”.

Hasta ahora no sabemos si estas remesas son positivas o negativas para nuestro país, si tomamos en cuenta que cada día continúan abandonando el país cientos o hasta miles de mexicanos en busca de “sueño americano” y eludir “la pesadilla mexicana”, de inseguridad, desempleo, asesinatos, asaltos y masacres. Por ello, sería pertinente hacer un balance de este tema, que creo que no se agota y que al contrario puede dar para más. Veamos, ¿cuánto cuesta formar a un mexicano en educación básica, formarlo, para que sepa leer y escribir y realizar las operaciones aritméticas fundamentales. Es una inversión que no se queda en nuestro país y que a nuestros vecinos no les cuestan nada. Esto suponiendo que es a nivel primaria, no se diga el costo tan alto para el gobierno subsidiar la secundaria y preparatoria hasta la universidad, sumarían miles y miles de millones de dólares que el gobierno gasta en la formación de su población. Todo esto sin contar las becas otorgadas por CONACYT a miles de estudiantes que se van a realizar estudios de posgrado, maestrías y doctorados, y los cuales muy pocas veces regresan al país por falta de oportunidades. Basta un ejemplo, en la NASA hay muchos científicos mexicanos que trabajan, que fueron becados por el gobierno. No existe un retorno real de la inversión, imagínense mas de 30 millones de mexicanos que residen en Estados Unidos. Es una fuga de capital humano increíble, hasta ahora se desconoce este balance tan importante y necesario para poder celebrar con “bombos y platillos” las remesas venidas del extranjero. ¿son más entradas que salidas de dinero, es un balance a nuestro favor o es en contra? ¿Continuará la fuga de cerebros del país y seguirán llegando migajas a cambio de lo que significa la fuga de capital humano para el país? ¿Cuándo se destinarán estas remesas a la inversión productiva? Esperamos que en el futuro el gobierno cuando menos defina nuevas reglas para que los “paisanos” no sean esquilmados por los intermediarios financieros que se están quedando con una “tajada” grande del pastel y que a las familias les rindan más estos recursos.

*- El autor es economista egresado de la UABC.

En esta nota