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La residencia del poder del Estado

No desde hace días sino ya desde hace años, ha habido voces que se alzan pidiendo que la Capital del Estado se traslade oficialmente a la ciudad de Tijuana, argumentos podrían haber muchos, pero razones sustentables en realidad son pocas.

No desde hace días sino ya desde hace años, ha habido voces que se alzan pidiendo que la Capital del Estado se traslade oficialmente a la ciudad de Tijuana, argumentos podrían haber muchos, pero razones sustentables en realidad son pocas.

Ya el Ingeniero Jaime Bonilla, Gobernador del Estado se refirió a este propósito como improcedente, y con razón lo hace porque ahora sabe lo que es gobernar un Estado tan importante como lo es Baja California, no solo por su frontera con uno de los Estados más poderosos del país, que a su vez es el más poderoso del mundo, cuyo comercio a través de la frontera le otorga una enorme importancia en Latinoamérica. El Gobernador está consciente de lo que implicaría trasladar la sede de los poderes a una de las Ciudades con mayor índice delictivo de México, con enormes carencias de urbanización, de orden urbano y de servicios, como lo es el agua, ya que implicaría un enorme gasto económico es de suma importancia que la capital de un Estado se encuentre en armonía para que los planes y proyectos de gobierno se puedan desarrollar e implementar adecuadamente.

Sabemos que por lo que atañe a la infraestructura gubernamental Mexicali y Tijuana cuentan con edificios e instalaciones que si bien es cierto las menos veces son cómodos para los servidores públicos y funcionarios así como para los usuarios, no menos cierto es que vivimos en una época de austeridad en la que debe priorizarse el gasto público principalmente en salud, seguridad pública, educación, justicia, y desarrollo económico, de ahí que distraer esfuerzos y recursos humanos y económicos en proyectar un cambio de la residencia de los poderes del Estado resulta en estos tiempos, imprudente.

Es seguro que el Ingeniero Bonilla como Gobernador del Estado, está convencido que el bien común y general de los gobernados está por encima de lo que pueda representar solo comodidad de unos cuantos, el interés general prevalece sobre el interés particular; sabe Don Jaime Bonilla Valdez que ninguna prioridad para su gobierno representa distraerse en el cambio de la capital a Tijuana, el Gobernador del Estado distrae sus energías en temas prioritarios y no en aquellos que como coloquialmente se dice para los que ninguna trascendencia tienen, ¡son puro chorizo!

*- El autor es catedrático de la UABC.

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