Visión académica
Obediencia y sumisión gubernamental En la semana que acaba de trascurrir, estalló un cúmulo de incidentes que pintan de cuerpo entero la figura presidencial y, lo peor de todo, es que algunas de esas actitudes (por fortuna, no todas) refleja en parte al conjunto del pueblo mexicano. Enumeremos las más reveladoras. Aristegui estalla la bomba mediática con los plagios de Peña Nieto en su tesis de licenciatura. Por otra parte, la Universidad Panamericana, donde estudió derecho, declaró que no podía desconocer el grado que le expidió; por tanto, las otras universidades tampoco podían desconocer los subsiguientes estudios. Ante una situación similar presentada en Alemania, el funcionario gubernamental acusado renuncia, por vergüenza, al cargo y ofrece una disculpa pública. En cambio aquí, el Presidente minimizó el incidente, como “cosa menor”, “sin importancia”. No obstante, como declaró Edgardo Buscaglia, tales hechos incubaron futuros incidentes como la 'casa blanca'. El otro suceso, la recepción de Trump en Los Pinos por Peña Nieto, provocó profunda irritación en el País; fue un agravio por la actitud servil y falta de dignidad del Presidente (se supone que representa a todos los mexicanos) ante un individuo que días antes, como parte central de su campaña, profirió ofensivas e indignantes expresiones contra los mexicanos, que eran “delincuentes”, “ladrones” y “violadores”, “que los iba expulsar de EUA al llegar a la Presidencia de EUA”, y que “obligaría a México pagar la construcción de un muro a lo largo de toda la frontera”. Después de semejantes expresiones racistas y xenofóbicas contra el pueblo mexicano, el Presidente de la República lo invita a Los Pinos, que simbólicamente representa a los mexicanos, lo convierte en su huésped, rompe todos los protocolos que debe guardar un Presidente, le da una importancia y categoría que no merece como si ya fuera un alto funcionario gubernamental (solo es un candidato). Este hecho es no tener ni pizca de dignidad y degradar la figura presidencial ante la vulgaridad de un individuo fascistoide. Con esto el País ha sido agraviado. Es una ofensa que se le invite a Los Pinos sin imponerle como condición una disculpa pública ante las humillaciones proferidas contra México y los mexicanos. Es un agravio a la nación y la falta de dignidad del presidente. Para rematar en los discursos protocolarios, Peña Nieto fue deplorablemente servil, haciendo esfuerzos por suavizar los insultos de Trump en el sentido de que habían sido “malentendidas su declaraciones”, que habían llegado a acuerdos en Los Pinos. ¡Absurdo! Para rematar, horas después, Trump en Arizona, se burla de Peña Nieto, vuelve a enfatizar obligará a los mexicanos a pagar la construcción del muro en la frontera. Hasta aquí los hechos, ahora algunos significados. ¿Qué significado tiene la actitud sumisa del Presidente ante un vulgar individuo del imperio del Norte? ¿Por qué en México sucede esto? ¿Dónde está la dignidad y autoestima del pueblo mexicano? En otro país la actitud de Peña Nieto hubiera sido escandalosa ¿Por qué no reaccionó el Congreso y nadie llamó a cuentas? ¿Por qué los plagios no provocaron reacciones sociales? ¿Por qué no hubo reacciones contra el Presidente que no leyó ni tres libros en su vida? Se han naturalizado la sumisión, la obediencia, la humillación, la indiferencia y la apatía política, con todas sus consecuencias sociales. Poco importa lo que haga o deje de hacer la clase política. La sumisión social por ser tan común se ha vuelto invisible. El autor es catedrático de la UPN campus Mexicali.
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