Los tampones contienen plomo, arsénico y sustancias químicas potencialmente tóxicas, descubrió estudio

ESTADOS UNIDOS.- Diversos estudios han revelado que los tampones, productos ampliamente utilizados por personas que menstrúan, pueden contener sustancias químicas peligrosas como plomo, arsénico y otros compuestos tóxicos.

Una persona que menstrúa puede utilizar aproximadamente 11,000 productos menstruales a lo largo de su vida reproductiva, según los expertos.

Sin embargo, la presencia de metales pesados y sustancias químicas en estos productos plantea serias preocupaciones de salud.

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¿Qué sustancias químicas encontraron en los tampones?

Diversos estudios han identificado la presencia de sustancias químicas y metales pesados en tampones, tanto orgánicos como no orgánicos. Entre las sustancias detectadas se encuentran plomo, arsénico, ftalatos y PFAS, las cuales son motivo de preocupación debido a que pueden alterar el sistema endocrino, que regula importantes funciones corporales.

Un estudio piloto reciente, realizado por Kathrin Schilling y su equipo de la Universidad de Columbia, encontró pequeñas cantidades de plomo y arsénico en tampones.

“Encontramos un promedio de 100 nanogramos por gramo de plomo y 2 nanogramos por gramo de arsénico en los tampones,” indicó Schilling.

—  Kathrin Schilling

Aunque los niveles eran bajos, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos sostiene que no existe un nivel seguro de exposición al plomo.

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¿Qué efectos secundarios podrían tener las sustancias que encontraron en tampones?

Estas sustancias, incluyendo plomo, arsénico, PFAS y ftalatos, están vinculadas a una variedad de problemas de salud crónicos y trastornos del desarrollo.

El impacto potencial de estos químicos en el cuerpo puede ser significativo debido a la permeabilidad del tejido vaginal.

“El tejido vaginal es más permeable que otras partes del cuerpo, por lo que si los estudios descubrieran que los metales pesados ​​(o sustancias químicas preocupantes) se filtran de los productos menstruales al organismo, podría ser un problema importante.”

—  Anna Pollack, profesora adjunta en la Universidad George Mason

Efectos secundarios del plomo en la salud

El plomo es particularmente preocupante, ya que no existe un nivel seguro de exposición. Se ha demostrado que causa problemas en la salud reproductiva, incluyendo disfunciones hormonales y problemas de fertilidad.

“El plomo puede interferir con el sistema endocrino, afectando el desarrollo sexual y otras funciones vitales”

—  Kathrin Schilling, autora principal del estudio

Efectos secundarios del arsénico en la salud

El arsénico, aunque en niveles más bajos en comparación con el plomo, también es alarmante. Es conocido por su toxicidad y su capacidad para causar cáncer, problemas cardíacos y neurológicos.

“La exposición al arsénico, incluso en pequeñas cantidades, puede tener efectos adversos a largo plazo en la salud”

—  Kathrin Schilling, autora principal del estudio

Efectos secundarios de las PFAS en la salud

Los PFAS, o sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, comúnmente denominadas “químicos permanentes” debido a su persistencia en el medio ambiente, pueden alterar las vías hormonales y metabólicas.

Un estudio de febrero de 2023 relacionó los PFAS con un mayor riesgo de cáncer de riñón, niveles altos de colesterol y una menor respuesta a las vacunas.

Además, estas sustancias están asociadas con la menarquia temprana en adolescentes y preadolescentes.

Efectos secundarios de los ftalatos en la salud

Los ftalatos, presentes en compresas, protectores diarios y tampones, se relacionaron con malformaciones genitales en bebés varones, así como con niveles más bajos de espermatozoides y testosterona en adultos.

Estas sustancias también pueden contribuir a problemas reproductivos y de desarrollo.

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¿Cómo protegerse de las sustancias encontradas en tampones?

Ante la preocupación por la presencia de metales pesados y sustancias químicas potencialmente tóxicas en tampones, es fundamental tomar medidas para proteger la salud.

“No hay motivos para que la gente tenga miedo de usar productos menstruales en este momento”, añadió. “Yo simplemente estaría al tanto del tema y seguiría de cerca cualquier investigación que se desarrolle”.

—  Anna Pollack, profesora adjunta en la Universidad George Mason

Aquí te dejamos algunas recomendaciones prácticas:

1. Sigue las instrucciones de uso: La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y los fabricantes de tampones recomiendan no usarlos durante más de ocho horas. Esto reduce el riesgo de síndrome de shock tóxico, una infección bacteriana grave.
2. Elige productos de menor absorción: Utilizar tampones con la menor capacidad de absorción necesaria puede minimizar el tiempo que el producto permanece en el cuerpo. “Si puedes usar un tampón hasta ocho horas sin cambiarlo, la capacidad de absorción puede ser demasiado alta”, señala la FDA.
3. Cambia los tampones regularmente: Se recomienda cambiar los tampones cada cuatro a ocho horas para reducir la exposición a cualquier posible contaminante y prevenir infecciones.
4. Lávate las manos: Antes y después de insertar o quitar un tampón, asegúrate de lavar tus manos para evitar la propagación de bacterias.
5. Considera alternativas: Existen otras opciones de productos menstruales, como copas menstruales, toallas sanitarias reutilizables y ropa interior absorbente. Estas alternativas pueden ofrecer menor riesgo de exposición a sustancias químicas.
6. Infórmate sobre las marcas: Investiga sobre las prácticas y certificaciones de las marcas de productos menstruales que utilizas. Algunas marcas ofrecen productos libres de químicos nocivos y están certificadas por organizaciones de salud y medio ambiente.
7. Consulta a tu médico: Si experimentas molestias, dolor, secreción inusual o cualquier síntoma inesperado al usar tampones, deja de usarlos y consulta a un profesional de la salud.
8. Permanece alerta a nuevas investigaciones: Mantente informada sobre los estudios y descubrimientos relacionados con la seguridad de los productos menstruales.

Siguiendo estas recomendaciones, puedes reducir el riesgo de exposición a sustancias dañinas y cuidar mejor de tu salud durante el ciclo menstrual.