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Haití no comienza vacunación contra Covid y ya registra ola de contagios

La oleada de contagios de coronavirus sorprende a Haití, que todavía no comienza la vacunación.

PUERTO PRÍNCIPE.- Luego que Haití quedara libre de los peores estragos de la pandemia por Covid-19, al registrar pocos casos y muertos, lo cual fue un alivio para la nación más pobre de América que muy seguido se ha visto devastado por varias tragedias.

Es importante señalar que los centros de tratamiento de Covid-19 cerraron por falta de pacientes, los haitianos reanudaron su vida con normalidad y el gobierno dudó incluso en aceptar su asignación de vacunas gratuitas de AstraZeneca a través del mecanismo Covax.

Sin embargo, algunos países ya están entrando en una fase post-pandémica gracias a las campañas de vacunación, Haití se ve amenazado con su primer brote serio y es uno de los pocos países del mundo que aún no ha administrado una sola dosis contra el coronavirus.

Dede hace un par de semans, los contagios y los decesos se multiplicaron por más de cinco tras la llegada de nuevas variantes, en lo que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) calificó de "una moraleja sobre lo rápido que pueden cambiar las cosas con este virus".

De forma oficial, Haití registró 15,895 infecciones y 333 muertes por Covid-19 hasta el 5 de junio entre sus 11 millones de habitantes, un número de casos bajo en comparación con otros lugares de América Latina y el Caribe.

Pero los datos son limitados debido a las bajas tasas de pruebas y los médicos dicen que las cifras reales son mucho más altas. Y la tendencia al alza podría resultar "catastrófica", según Laure Adrien, Directora General del Ministerio de Salud de Haití.

Sus barriadas están densamente pobladas, y su sistema de salud, ya abrumado y caótico, depende de donaciones inconstantes, aunado la falta de saneamiento hace que las enfermedades se propaguen rápidamente en Haití.

Dos de los principales hospitales que tratan a los pacientes con Covid-19 en la capital, Puerto Príncipe, anunciaron que estaban saturados desde dos semanas.

"Estamos desbordados de pacientes", dijo Marc Edson Augustin, director médico del Hospital St Luke.

Jean "Bill" Pape, uno de los principales expertos en enfermedades infecciosas de Haití, dijo que ahora el país no está tan preparado como antes.

Necesitamos reabrir nuevos centros para aumentar el número de camas dedicadas al Covid", sostuvo.

Al respecto, el Hospital St. Luke advirtió el lunes que podría tener que cerrar por completo su unidad para Covid-19, ya que la violencia estaba dificultando el abastecimiento de oxígeno.

En febrero, Médicos Sin Fronteras (MSF) cerró todos los servicios del hospital de Cite Soleil, excepto el de urgencias, donde el año pasado trató a pacientes de Covid-19.

En medio de esta situación, los haitianos más adinerados están pagando para ser evacuados a Florida o a República Dominicana.

No es una prioridad

Los médicos locales coinciden que la aparente resistencia de su país al coronavirus el año pasado es por su población relativamente joven; alrededor de la mitad de los haitianos tienen menos de 25 años.

La mayoría de los haitianos sopesaron que el virus no era un gran problema, al grado de dudar de su existencia. Su importancia se defuminó durante una creciente crisis humanitaria originada por los disturbios políticos y el clima extremo.

Por ello, cuando se informó de las nuevas variantes identificadas por primera vez en Gran Bretaña y Brasil y de un aumento de los casos, la reacción inicial fue moderada.

Las autoridades anunciaron de nuevo las precauciones y medidas sanitarias como el uso de mascarillas en los espacios públicos, declararon un toque de queda nocturno y suspendieron las ceremonias de graduación de fin de año.

Por su parte, el presidente Jovenel Moise insistió a los haitianos a beber té medicinal para protegerse del virus, un remedio no probado.

De igual manera, muchos haitianos siguieron viviendo como de costumbre, sin que las autoridades pudieran aplicar las medidas. Un alcalde de un distrito de Puerto Príncipe organizó la semana pasada un concierto de música al que asistieron miles de personas que no llevaban mascarillas.

Con información de El Economista

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