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Hogar dulce hogar: Biólogos atrapados en Tonga llegaron a México

Los biólogos agradecieron el apoyo de las autoridades nacionales para poder regresar a México, asegurando que no se percataron de la magnitud de la erupción hasta que tuvieron acceso a internet.

CIUDAD DE MÉXICO.- Luego de estar varios días atrapados en Tonga, tras la violenta erupción del volcán submarino Hunga Tonga y el Tsunami, los biólogos mexicanos Leslie Elisa Nava Flores y David Olaf Santillán arribaron a la Ciudad de México donde eran esperados por sus familiares.

Ambos mexicanos dejaron Tonga el pasado 24 de enero, tomando un vuelo comercial que hizo escala en Nueva Zelanda. Luego pasaron por Dubái y Barcelona hasta aterrizar en territorio nacional el pasado viernes 28 de enero.

Los biólogos agradecieron el apoyo de las autoridades nacionales para poder regresar a México, asegurando que no se percataron de la magnitud de la erupción hasta que tuvieron acceso a internet.

Escalas

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) dio seguimiento a la situación e los biólogos mexicanos, informando que se encontraban en camino a México.

Se encargaron de informar sobre su escala en Auckland, Nueva Zelanda con dirección a los Emiratos Árabes Unidos, tierras que pisaron antes de llegar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

Ambos esperamos ver pronto a nuestras familias en México”, fue el mensaje de los biólogos mexicanos que permanecían en Tonga tras llegar a Nueva Zelandia, sanos y salvos.

Incomunicados en la isla

Elisa y David, egresados de la FES Iztacala de la UNAM, buzos profesionales, vivían en Nukualofa, capital de Tonga, desde hace un par de años, donde trabajaban resguardando un arrecife de coral y otras especies marinas.

Hace un tiempo intentaron ya abandonar Tonga, pero las restricciones por la pandemia no se los permitieron. Sin embargo, la erupción del 15 de enero, y el tsunami que ocasionó, afectaron a varias islas de Tonga, entre ellas Nukualofa, cuyos residentes quedaron incomunicados.

Lograron refugiarse en un hotel y el sábado 15, poco antes de la erupción, David logró comunicarse con su familia para informarles que estaban bien. Personal de la embajada británica les prestó un teléfono satelital para que pudieran entablar comunicación.

Las familias de los mexicanos pasaron días de angustia, pues si bien sabían que estaban a salvo, veían las condiciones difíciles que imperaban en Tonga tras la erupción y el tsunami.

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