Inflación hace que marcas blancas pierdan su atractivo económico
Aunque las marcas blancas han sido históricamente una opción económica, con la inflación actual, su precio ha aumentado considerablemente, llegando a encarecerse casi el doble que las marcas de fabricante.
México.- La pandemia y la inflación galopante (que ha superado el 10% en algunos lugares) han provocado que las familias se enfrenten a un incremento considerable en el costo de la vida, particularmente en el precio de la cesta de la compra. Para poder sobrellevar esta situación, muchas familias han tenido que reevaluar sus hábitos de compra, reduciendo el consumo de ciertos productos y optando por alternativas más asequibles.
Dentro de este panorama de pérdida de poder adquisitivo, se han identificado tres tendencias clave entre los consumidores: un mayor uso de marcas blancas, un control más estricto del gasto (mediante listas y presupuestos), y un aumento en la preferencia por productos en promoción, con un 15% de las ventas de productos de consumo bajo algún tipo de descuento.
La paradoja de las marcas blancas
Aunque las marcas blancas han sido históricamente una opción económica, con la inflación actual, su precio ha aumentado considerablemente, llegando a encarecerse casi el doble que las marcas de fabricante.
Según un estudio de Nielsen IQ, en julio de 2022 las marcas blancas aumentaron su precio un 13,8% en comparación con el año anterior, mientras que las marcas de fabricante incrementaron su precio en un 7,6%. Este aumento, aunque acorde con el alza generalizada de precios, supone un cambio importante, ya que las marcas blancas ya no son la opción asequible de antaño.
El auge de las marcas blancas y su cuota de mercado
A pesar de este incremento de precios, el consumo de marcas blancas sigue creciendo, en parte debido a la percepción de que, aunque más caras que antes, siguen siendo más asequibles que muchas de las marcas tradicionales. Actualmente, las marcas blancas tienen una cuota de mercado del 48,8%, muy cercana al 51,2% de las marcas de fabricante. En el sector de productos de gran consumo, la cuota de mercado de las marcas blancas alcanza el 40,6%, habiendo subido 1,8 puntos porcentuales en el último año.
El informe de Nielsen también señala que el gasto de los hogares en productos de marca blanca ha aumentado un 16,8% en el último año, con un incremento del 2,7% en el volumen de productos comercializados. Estos datos reflejan un cambio significativo en los patrones de compra, en los que las familias buscan productos más económicos para mitigar el impacto de la inflación en su presupuesto.
Preferencias por tipo de productos
El consumo de marca blanca se concentra principalmente en productos básicos y de uso diario, especialmente en aquellos donde la calidad puede percibirse como menos crítica. Por ejemplo, según un estudio de EAE Business School, los consumidores optan mayoritariamente por marcas blancas en categorías como productos de higiene del hogar (75,8%), lácteos y postres (74,5%), alimentos envasados (61,9%) y productos de higiene personal (60,7%).
Sin embargo, los productos indulgentes o de consumo ocasional, como helados, snacks o frutos secos, tienden a comprarse cuando están en promoción, ya que los consumidores buscan ahorrar sin sacrificar completamente estos productos no esenciales. Por otro lado, en el caso de las bebidas y refrescos, los consumidores son más reticentes a optar por marcas blancas y prefieren mantener sus marcas habituales.
La inflación y el precio de la cesta de la compra
Ir al supermercado se ha convertido en un desafío económico para muchas familias, ya que el costo de la cesta de la compra continúa aumentando. En julio de 2022, el gasto en productos de gran consumo en España creció un 11,8% en comparación con el mismo mes de 2021, aunque el volumen de compras no aumentó significativamente. En productos de alimentación, se compró un 0,1% menos, pero el gasto creció un 12,6% debido al alza en los precios.
El calor extremo que afectó a la península durante el verano de 2022 también tuvo un impacto en los hábitos de consumo, especialmente en la compra de bebidas, donde el volumen de compras subió un 6,4% en comparación con el año anterior, acompañado de un encarecimiento del 5,5%. Un fenómeno notable fue el acaparamiento de productos como el hielo, con un aumento del 27% en las ventas y un incremento del 32% en el gasto, lo que recuerda el acopio de otros productos en situaciones de crisis anteriores, como el papel higiénico al inicio de la pandemia o el aceite de girasol tras el estallido de la guerra en Ucrania.
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Los consumidores han tenido que adaptarse a una cesta de la compra más cara. La tendencia hacia la compra de marcas blancas sigue vigente, aunque los precios de estas marcas también han aumentado significativamente, lo que las hace menos atractivas que en el pasado. A medida que los precios continúan al alza, es probable que los consumidores sigan buscando formas de optimizar su gasto, recurriendo a promociones y evaluando cuidadosamente las categorías de productos en las que pueden permitirse elegir opciones más económicas.
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