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El Imparcial / Mexicali / Violencia contra la mujer

"De no haber sido porque sonó el teléfono, él me hubiera matado"

Las agresiones que sufrió Paulina, víctima de la violencia, fueron escalando de nivel, hasta que el último episodio la orilló a denunciar a su atacante, su pareja sentimental.

En medio de los gritos de ayuda, los golpes y el escándalo, sonó el teléfono de la habitación en la que se encontraba Paulina bajo el ataque físico de Lizardo, su pareja, lo que asegura, le salvó la vida.

Fue el pasado martes que Paulina Chapa Kindling visitó a su pareja, Lizardo Antonio, un ingeniero en sistemas que trabaja para una empresa de tractocamiones, para festejar su cumpleaños. Ella tiene 34 años y él 38.

Ambos acordaron ir a otro lugar para estar solos, desde donde él trabajaría como “home office”, de manera que pudieran estar juntos el día que él cumplía años, pero las cosas dieron un vuelco luego de un comentario sobre una de sus relaciones pasadas.

Lizardo Antonio reaccionó agresivamente y arrojó a Paulina a la cama, la sujetó del cuello, le hizo una llave con las piernas para inmovilizarla y con la otra mano comenzó a golpearla con el puño en el rostro.

Paulina cayó por sorpresa que ni tiempo tuvo de reaccionar, evadirlo o defenderse. “¿No que sabías krav maga? (un arte marcial). Ni te puedes defender”, le dijo Lizardo, pues por un tiempo ella tomó un curso de defensa personal.

En medio de la agresión fue que sonó el teléfono del lugar, lo que al parecer distrajo al atacante, quien tomó sus cosas y se marchó a pie. Paulina se fue a su casa llorando, pero un día después acudió a denunciarlo.

VIOLENCIA FAMILIAR

La declaración de Paulina quedó integrada a la carpeta de investigación con NUC 0202-2022-23060, bajo el delito de violencia familiar, donde figura como imputado Lizardo Antonio, su pareja desde hace 9 meses.

A pesar de que se conocían de amigos de años atrás, la relación que iniciaron hace 9 meses comenzó a dar indicios de una conducta violenta de su parte, pues fueron escalando de la violencia verbal al último episodio en el que Paulina pensó que moriría.

Entre las agresiones estaban los jaloneos, algunos manotazos y los insultos misóginos y machistas, así como el reproche de que él ganaba más dinero que ella. Durante la última agresión, llegó a decirle que, si quisiera, la podría matar.

En entrevista para LA CRÓNICA, Paulina, aún con los ojos amoratados, relata cómo fue para ella tomar el valor de interponer la denuncia para evitar que Lizardo no piense que puede agredir a las personas y seguir como si nada.

VIOLENCIA FEMINICIDA

Apenas un día después de que la gobernadora del estado, Marina del Pilar Ávila Olmeda, señaló que la mayoría de los casos de violencia familiar son producto de adicciones, Paulina señala que Lizardo es asiduo consumidor de alcohol.

“En ese momento pensé que decía en serio que me iba a matar, me sujetó, me apretó muy fuerte las piernas, no podía patear ni nada, aparte me estaba dando puñetazos, y pensé, no va a parar hasta verme sangrar o que esté inconsciente”, explicó.

Paulina acudió a interponer la denuncia un día después de la agresión, cuando los moretones eran bastante notorios. Asegura que recibió un trato ágil, amable y profesional, tanto en la declaración como en el examen médico.

Por un momento dudó en denunciarlo, pero sabía que era lo correcto.

“Se me hacía mala onda, por lo que le pudiera afectar en su trabajo, pero él también a lo mejor me hubiera podido matar, entonces ahora sí de que, aunque suene egoísta, de que lloren en su casa, a que lloren en la mía”. “Me quiero más yo, y tengo ganas de vivir”, expresó. 

APOYO

Tras la agresión, Paulina recibió apoyo de sus colegas, amigas y de su familia. Aunque este episodio ha puesto una pausa en su trabajo, espera que pronto pueda recomponerse y tratar de seguir con su vida.

El trauma, por lo pronto, la tiene en estado de alerta y procura salir lo mínimo a la calle, y cuando sale a manejar, lo hace tomando precauciones en caso de que alguien se acerque a su vehículo.

“He recibido mucha ayuda, muchísimo apoyo por parte de amigos, de mi familia, me dicen qué bueno que estás viva, qué bueno que vas a poder hablar, que puedes denunciar”, comentó Paulina, quien obtuvo rondines de vigilancia por los próximos tres días.

Paulina espera que su historia sirva para que otras mujeres puedan romper el ciclo de violencia y denunciar a tiempo. “Sí hay opciones, puedes ir a un albergue en el cual te puedes refugiar y te pueden ayudar a salir adelante, sí existe el apoyo, nada más que muchas veces hay que buscarlo”.

“Ya sé que de todo se lleva un aprendizaje, y pues no le deseo ni mal ni nada, pero pues que sea lo justo, no puede estar agrediendo a otras personas en la vida diaria, entonces que reconsidere la próxima vez que vaya a hacer algo así o que se trate”, explicó Paulina.

En lo que va de los primeros cinco meses de este año, en la Fiscalía General del Estado se han interpuesto 1 mil 934 denuncias por violencia familiar tan solo en Mexicali, más de 12 denuncias diarias en promedio.

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