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Tijuana la capital y el capital de Bujanda

Siempre he sentido especia inclinación por el trabajo público, servir a nuestra gente es uno de los privilegios más grandes a los que se puede aspirar.

“Somos lo que hacemos”.

Siempre he sentido especia inclinación por el trabajo público, servir a nuestra gente es uno de los privilegios más grandes a los que se puede aspirar; tuve la oportunidad de hacerlo en el Ayuntamiento de Mexicali, recuerdo con anhelo y nostalgia el rostro de muchos mexicalenses al sentirse atendidos y en la mayoría de las veces simplemente escuchados; por ello encuentro sumamente penoso constatar que la frivolidad y el cortoplacismo se ha convertido en denominador común de muchos funcionarios públicos.

La fama es un bien público, es el resultado de nuestras acciones, en muchas y de muy diversas maneras construimos nuestro prestigio; la fama pública del diputado Bujanda Ruíz está ligada a la de Francisco Vega, hombre corto de ideas y ajeno a los buenos resultados de gobierno; tanto que hoy en día es un desacierto haber formado parte de su equipo de trabajo. Bujanda pasó de ser su asistente privado a coordinador de gabinete, es este tal vez uno de los movimientos que más retrata la levedad del gobernador Vega, fue en el 2017 en medio del descontento generalizado por un gobierno ajeno a su gente con una profunda imagen de corrupción y en medio del estúpido manejo de la mal aprobada ley del agua, por cierto urge actualizar las tarifas que se pagan en nuestro estado, que Bujanda pasó de servirle el café al gobernador a ser el responsable máximo de la coordinación de proyectos del gobierno, el resultado es ya conocido por todos, no hubo un solo proyecto importante que se realizara en nuestro estado, Kiko y quienes fueron sus secretarios más cercarnos son sinónimo de corrupción y desdén.

Hace tiempo Marko Cortés nos pidió a Rodrigo Llantada y a mí le ayudáramos organizando una comida con amigos en Mexicali, la agenda de la misma no era ninguna en lo particular, se trataba de platicar entre nosotros cómo veíamos en ese momento a nuestro estado, al tomar el uso de la voz para darle a todos la bienvenida le dije al dirigente nacional del PAN que nos debía a todos los presentes y al pueblo de Baja California una disculpa por haber permitido que su partido, con el cual me he identificado por años, hubiera nombrado a Bujanda como candidato a diputado plurinominal; Cortés se disculpó, obvio le confirió la absoluta responsabilidad al exgobernador. La tragedia del PAN en nuestro estado es que los panistas de verdad, aquellos que durante años lucharon por tener gobiernos diferentes, callaron ante ello; Castillo Peraza dixit: se perdió la cuenta larga por cuidar la cuenta corta.

Bujanda que de panista nunca tuvo algoa, renunció a los pocos días de haberse convertido en diputado, al diablo las ideas y los ideales de muchos, lo suyo lo suyo fue acomodarse con el nuevo grupo en el poder para seguir mamando de la ubre gubernamental, por ello las iniciativas que ha presentado, por cierto, todas aprobadas por los 13 diputados de Morena en el congreso.

La estulticia, por decirlo de la manera más fina posible, de mover la capital a Tijuana no es sólo un insulto a los mexicalenses es una oda a la estupidez. Es Bujanda, ¿hay algo diferente que se puede esperar?; cada quien su fama, cada quien su capital.

* El autor es empresario y ex dirigente de Coparmex Mexicali.

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