Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas /

¿Qué pasó en Oaxaca?

El miércoles pasado, en el Congreso de Oaxaca, 24 legisladores de Morena, tres del PT y dos mujeres independientes, pusieron sus intereses personales por encima de la voluntad del pueblo que se expresó pública y masivamente a favor de la vida y en contra del aborto.

El miércoles pasado, en el Congreso de Oaxaca, 24 legisladores de Morena, tres del PT y dos mujeres independientes, pusieron sus intereses personales por encima de la voluntad del pueblo que se expresó pública y masivamente a favor de la vida y en contra del aborto. Con el pretexto de que se criminaliza a la mujer, aunque se les comprobó no había ninguna mujer en la cárcel por éste delito, lograron reformar el Código Penal, para legalizar el aborto hasta las 12 semanas de gestación. Sin embargo, como la Constitución de Oaxaca protege la vida del no nacido desde la concepción, este procedimiento resultó improcedente. Y aunque trataron de modificar la Constitución, al no tener votos suficientes, esta reforma quedó invalidada.

Así lo publicó el periódico de Oaxaca, “El Tiempo “Diputados fracasan en despenalizar el aborto” No lograron la modificación del 8º párrafo del Artículo 12 de la Carta Magna de la Entidad que dice: “Todo ser humano desde el momento de la fecundación, entra bajo la protección de la Ley.”

Otros medios, ignorando esta ilegalidad, celebraron la despenalización del aborto llamándolo “Avance progresista”. También López Obrador, quien recién declaró que ni él ni su partido Morena están a favor del aborto, al día siguiente en su mañanera, felicitó a los Legisladores de Oaxaca, diciendo: “Nuestra democracia se fortalece con la ampliación de derechos y el reconocimiento a la autonomía de la mujer para decidir sobre su propio cuerpo”.

Es increíble que éste acto inconstitucional, si le haya merecido su atención y hasta felicitación, en cambio lo que el pasado día 21 sucedió en todo el país, en el que más de seiscientas mil personas en cien ciudades del país salimos a la calle de forma pacífica, para exigirle a él y a los legisladores de su partido Morena, el respeto a la vida, a la familia natural y a nuestras libertades, lo ignoró por completo, no le merecimos ningún comentario. Sin embargo, al tomar protesta como Presidente, nos prometió gobernar y escuchar a todos y no lo está cumpliendo.

Desgraciadamente el ejemplo de Oaxaca se está dando en otros congresos, sobre todo donde Morena es mayoría. Diputados carentes de formación, son manipulados por intereses obscuros o de conveniencia, sin pensar que se convierten en cómplices del más vil y cruel asesinato, el de un ser inocente e indefenso, como tampoco del daño tan grande que le hacen a México.

Porque el aborto es el mayor destructor del amor y la paz. El país que lo acepta no enseña a su gente a amar sino a usar la violencia. Si una madre puede asesinar a su hijo ¿Qué impedirá que nos matemos unos y otros? Con el aborto las madres aprenden a matar a sus hijos, con la eutanasia, los hijos aprenden a matar a sus padres.

Lo sucedido en Oaxaca y todo lo que viene, lejos de desanimarnos debe llevarnos a un mayor compromiso con nuestro país, continuar luchando con entusiasmo, con fe y con Dios por delante, para defender lo más valioso: la vida, la familia y nuestras libertades fundamentales.

¡Mujer mexicana forja tu Patria!

* La autora es consejera familiar.