Pierde espuma la cerveza
O como decía el celebre “pero que necesidad”. Casi un año atrás, en marzo 5, que volvía la sensatez sobre Constellaltion Brands, pues había resuelto el Instituto Estatal Electoral de Baja California / IEEBC dar visto bueno al proyecto basado en consideraciones técnicas en las que incluso el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua manifestaba que la empresa cervecera no afectará la disponibilidad y el abasto de agua en la región.
O como decía el celebre “pero que necesidad”. Casi un año atrás, en marzo 5, que volvía la sensatez sobre Constellaltion Brands, pues había resuelto el Instituto Estatal Electoral de Baja California / IEEBC dar visto bueno al proyecto basado en consideraciones técnicas en las que incluso el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua manifestaba que la empresa cervecera no afectará la disponibilidad y el abasto de agua en la región, quedando en evidencia lo amañado que habían sido las consultas ciudadanas al pueblo sabio y sólo contemplando la percepción de las personas.
Sin embargo, nuevamente hay cuestionamientos al proyecto (mismo que de los mil 500 millones de dólares proyectados, ya ha canalizado unos 900 millones), que vale la pena decirlo, ha sido politizado aunque en esa ocasión señalaba que podría ser un movimiento de desestabilización política pues se cercan nuestras elecciones estatales. Los estudios de impacto ambiental, de sustentabilidad ya están aclarados, las autorizaciones están correctas, entonces ¿ahora que está detrás de la interrupción?, ¿Cuál o quien es la mano negra de los activistas?
Está afectándose mucho atrás de las recientes presiones para detener el funcionamiento de la cervecera. Están en riesgo dos mil empleos que serían contratados de forma directa en nuestra ciudad, afectando así la derrama económica de sus sueldos y salarios, lo que generarían sus proveedores directos y de servicios y en resultado menores oportunidades de bienestar para Mexicali y los mexicalenses. Es bueno mencionar algunos números. Por ejemplo el impacto económico global directo por la producción de la cerveza a partir del año 2022 se estima en poco más de 615 millones de dólares por año. Habría también efectos indirectos por casi cuatrocientos millones para Baja California anualmente. Más datos: los ingresos laborales de los hogares de los trabajadores se consideran por unos 36 millones de dólares cada año y los impuestos serían por casi otros 5 millones de dólares. Pero como decía, no todo debe medirse con dinero; también en empleo inducido o indirecto pues se estarán generando localmente casi 4 mil trabajos.
Permítanme volver al inicio. Las resoluciones de los organismos técnicos eran una señal de respeto a Estado de Derecho, a la legalidad. Pero ahora el resurgimiento de la presión para cancelar la obra y sabotear a la empresa, es otras palabras, se rompe una de las frases más recurrentes del Presidente “al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”. En tanto, la obra que debería ya estar en funcionamiento está posponiéndose localmente pero con señales desde el gobierno federal.
Escribo esta colaboración consciente de que el presidente López Obrador ha cuestionado el proyecto de la cervecera y ha impulsado una consulta popular para los próximos días 21 y 22 de este mes. Esto ha generado que un tema local, que debería competir al Gobernador, ahora se vuelve nacional, por directriz federal.
En ese sentido coincido con otros amigos de que se está agraviando a los inversionistas, pero creo va más allá: se está agraviando la autonomía municipal y estatal, se está agraviando a quienes técnicamente habían avalado el proyecto y al paso del tiempo por presiones políticas y partidistas han dado la espalda al proyecto y a lo que habían aprobado.
Agravio y autoritarismo que surge a más de dos mil trescientos kilómetros de distancia, desde el Centro del país y ahora coordinada por la Secretaría de Gobernación. Pese a esa autoritaria intromisión pido que no se corra el riesgo de que al detener la cervecera tengamos un efecto como el derivado de la cancelación del aeropuerto en la lejana Ciudad de México, que todos sabemos mandó señales negativas a los empresarios y por eso mismo Mexicali y Baja California salgan del radar de los inversionistas tanto extranjeros como nacionales pues la cervecera es pública al cotizar en la bolsa y por lo mismo es un indicador de la confianza en nuestro país. Los estudios ambientales ya se tienen, por lo que no es preciso que el mandatario proponga otra vez se hagan los estudios: lo recomendable, es mi solicitud, es que mande la señal política de respaldar la obra y con ello el bienestar de cientos, de miles de cachanillas y bajacalifornianos.
No perdamos la memoria y más ante hechos recientes. Hace no más de dos años se hizo una consulta que afectó la más importante obra de infraestructura del país, por lo menos para el Centro, el aeropuerto; ya vimos que afectó la confianza de los inversionistas y de la ciudadanía al ver que se violaba e estado de derecho y se imponía la decisión de los menos en daño a los más. No corramos el riesgo de hacer algo similar en Mexicali y Baja California, alejar el empredurismo, las inversiones y la credibilidad en el gobierno.
* El autor es Consejero y Tesorero Nacional de Index, además de Director de Recursos Humanos para LatinAmérica en Newell Brands.
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