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Los tiempos que estamos viviendo

Hoy vivimos tiempos muy especiales, distintos a todo lo que hace poco vivíamos, tiempos en los que el encierro y la falta de actividades fuera de casa, nos permiten tener tiempo para estar a solas consigo mismo, analizar hacia dónde nos dirigíamos antes de esta pandemia, cuáles eran nuestras prioridades y objetivos, y si en verdad tenían la importancia que en aquellos momentos les dábamos. 

Hoy vivimos tiempos muy especiales, distintos a todo lo que hace poco vivíamos, tiempos en los que el encierro y la falta de actividades fuera de casa, nos permiten tener tiempo para estar a solas consigo mismo, analizar hacia dónde nos dirigíamos antes de esta pandemia, cuáles eran nuestras prioridades y objetivos, y si en verdad tenían la importancia que en aquellos momentos les dábamos.

Cada situación que Dios permite se nos presente en nuestra vida se dice que es por algo, detrás de cada tribulación, de cada problema o cambio, hay algo positivo para nuestra vida, cuando sabemos descubrirlo.

Por ejemplo: Hoy para muchos padres de familia, en especial la mamá, la situación con sus hijos cambió radicalmente. Hace unos meses, su tarea era llevar sus niños al colegio, recogerlos, estar con ellos por la tarde apoyando tareas, o llevarlos a clases especiales, fútbol, música, danza, etc., Desde hace meses los tiene en casa frente a una computadora, con el esfuerzo que esto implica, ya que los niños se distraen, se ponen a jugar, y hay que estar ahí, observando, exigiendo y apoyando.

Las salidas con las amigas, ir de compras, los desayunos, viajes, son cosa del pasado. Ahora hay que estar en casa, cuidando de no contagiarse ni contagiar la familia. Lo peor, sin saber hasta cuándo ya que pasan los días, los meses, sin que se le vea fin a esta enfermedad contagiosa y mortal.

Bueno, esta es la realidad que hoy vivimos. Y tenemos la opción de tener dos actitudes para enfrentarla. Una renegar, estar de mal humor, pelear con la pareja, con los niños, y hasta con Dios.

La otra, aceptarla, verle lo positivo. En el ejemplo de los padres e hijos, aprovechar la oportunidad de tener tiempo para platicar con ellos, conocerlos más, interesarse en sus proyectos, sus problemas, y algo muy importante acercarlos a Dios y tomarse de Su mano.

No sé si se hayan preguntado, la razón por la cual Dios ha permitido esta pandemia. Pienso que nos hacía falta algo que nos permitiera descubrir, a qué le dábamos todo el valor: A lo material, confortable, divertido, placentero, lo aparente, lo superficial y hueco. Veíamos gimnasios y casinos llenos de gente, mientras en los templos, escasamente unos cuantos. Si todos fuimos creados con cuerpo y espíritu… ¿Por qué solo nos ocupábamos del cuerpo que como hemos visto palpable con esta enfermedad, en cualquier momento perdemos, y olvidamos lo más importante que es nuestro espíritu que vivirá eternamente?

¿No les parece que este tiempo es de una enorme gracia para acrecentar nuestra fe en un Dios que nos ama hasta el extremo de morir por cada uno de nosotros en la Cruz?

La invitación ha estado siempre, pero hoy es urgente aceptarla; con Jesús en nuestro corazón tendremos la fuerza y la alegría de afrontar lo que venga, de ayudar y ser solidarios con los que nada tienen, de hacer crecer nuestro amor y paciencia con quienes tenemos cerca y lo más importante, descubrir que la verdadera felicidad, no está ni estará nunca en lo que anteriormente la estuvimos buscando. Esto se los garantizo.

* La autora es consejera familiar.

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