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Expediente intocable

En las circunstancias presentes, como nunca antes, voces especializadas añadidas a timbres alarmistas están empeñados, unos con argumentos y otros por medio de patrañas, a predecir el presente y futuro económico del país basándose en el escenario mundial, Latinoamericano.

En las circunstancias presentes, como nunca antes, voces especializadas añadidas a timbres alarmistas están empeñados, unos con argumentos y otros por medio de patrañas, a predecir el presente y futuro económico del país basándose en el escenario mundial, Latinoamericano, estadounidense o, incluso, local como si esta última opción pudiera presentarse al margen del capitalismo globalizado neoliberal del cual la producción, distribución y consumo domésticos, sin excusas ni pretextos, facultan a México a no extralimitarse del tope subordinado y dependiente que la usura extranjera implanta.

Multiplicada por la comentocracia y medios chayoteros los dimes y diretes generados por líderes empresariales prestanombres o socios de trasnacionales, una vez y otra también pretenden asustar con el petate del muerto donde, de acuerdo a su bola de cristal, la 4T terminara’ roncando la fallida esperanza económica-social pues dicho catre, en opinión de los pitonizos, lejos de inspirar animosidad provoca miedo entre los inversionistas de dentro y fuera quienes azorados, consternados recienten el proceder anulador de “benéficas obras” (Aeropuerto de Texcoco, laboratorios farmacéuticos, adquisiciones a modo, subsidios a destajo, etc.) que siendo causa y efecto de lo que acusan los poderosos clanes se niegan a mirar porque’ de cada veto emerge un venero de corrupción respaldada a través de contratos, licencias, concesiones, nominas, compras y ventas tramadas, operadas y enmascaradas por sujetos e instituciones perversas.

Colocado el grueso del auditorio entre los profetas del desastre y los que auguran venturoso hoy y mañana, los concentradores de la riqueza dan por hecho que la flaca inversión forastera y nacional provocara’ un desastre financiero, industrial, comercial, crediticio y laboral mientras, de su lado, el gobierno desborda optimismo subrayando el logro de más y mejores empleos, estable paridad peso-dólar control de precios, exportación progresiva u obra pública y privada sin obstáculos coronados por un embate anticorrupción que confiere mayor certidumbre a medianos y grandes proyectos.

Y como si determinado entusiasmo y desanimo dieran luces a uno y otro pronóstico, los infaltables organismos mantenidos por la órbita capitalista (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Organización para el Comercio y Desarrollo Económico) igualmente conjeturan sobre el tema sin olvidar a las llamadas “calificadoras” mismas que sin excusa se dan el lujo de vaticinar sobre cuanto y como crecerá, desarrollará o se estancara’ la producción de un México considerado por la metrópoli imperial “su patio trasero” que, se admita o niegue, alborota el avispero porque mientras la derecha hace suyos los cálculos extramuros el gobierno los desdeña.

Y mientras estiran y aflojan la pobreza y sus estragos consecuentes (hambre, enfermedades, violencia, deserción escolar, desempleo y otras del rumbo) surcan el duro rostro de un sistema económico impuesto por un régimen político opresor donde la desigualdad, agravios y sometimiento del pueblo representan el dominio, la regla de una mafia antipatriota, corrupta e impune dispuesta a todo en aras de proteger sus intereses de clase.

Precisamente la historia y los ya probados engaños - desengaños ocasionados a la mayoría, moleste a quien moleste, han de seguir azotando mientras el dominio trasnacional y oligarca criollo persistan intocables…

* El autor es diplomado en Periodismo por la UABC.