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¿Dónde está el cambio en BC?

Morena tiene dos años gobernando Baja California y los nuevos relevos en las alcaldías están alcanzado los primeros 100 días y la gobernadora los cumplirá el próximo mes.

Morena tiene dos años gobernando Baja California y los nuevos relevos en las alcaldías están alcanzado los primeros 100 días y la gobernadora los cumplirá el próximo mes. Entonces, algunas preguntas pertinentes son: ¿Dónde está el cambio que prometió Morena? ¿Qué se está haciendo para lograr ese cambio? ¿Se está produciendo un cambio?

Lo que tenemos hasta ahora es que lo que Morena llama cambios, no son cambios. Algunas cosas son diferentes pero no son cambios. Han cambiado algunas cosas con respecto a otros partidos (especialmente el PAN), pero no han cambiado cuestiones esenciales. Para que haya cambios reales tendrían que cambiar cosas esenciales, y eso no está sucediendo ni a nivel nacional, municipal o estatal.

Para decirlo rápido, Morena ha cambiado la orientación de algunas políticas, principalmente aquellas dirigidas hacia los grupos más pobres, pero no ha hecho mucho por cambiar las causas que originan la pobreza. Tampoco se puede decir que lo está tratando de hacer o que va hacia allá.

Es bastante evidente que sus políticas principales están orientadas hacia los sectores en condiciones de pobreza o con más carencia sociales, pero –he aquí el problema- estas políticas no son muy diferentes a las que tenía el PAN o las que en su momento impulsó el PRI.

Tanto aquellas como las de hoy de Morena son políticas asistenciales, medidas complementarias, apoyos temporales que ayudan a mitigar la situación de estos grupos, pero no atacan las causas de la pobreza. Son medidas distributivas, es cierto, pero son absolutamente insuficientes.

El reporte que hicieron los alcaldes en sus primeros 100 días de gestión está lleno de estas actividades: ayudas pequeñas para mejorar viviendas, brigadas para proporcionar algunos servicios médicos, arreglar alguna calle, entregar algunas despensas de alimentos, etcétera. Es decir, los gobiernos de Morena son “gobiernos de despensas” y otros apoyos en especie.

Las ayudas son esenciales para estos grupos, pero como política social tendiente a abatir el problema de la pobreza es totalmente insuficiente, como lo han comprobado muchos estudios en México, además de la experiencia de programas como el de “Oportunidades”, Progresa, y otros más que los precedieron.

Morena “focaliza” a los pobres, como se hizo antes, y se olvida de los otros sectores o de otras zonas de las ciudades que, como ya se ve en lugares como Tijuana, se están deteriorando rápidamente en todos los rubros. Así, el riesgo en poco tiempo es que los pobres sigan siendo pobres, y a ellos se añadan más pobres de las clases medias. Al final, habrá más pobres.

Con estas políticas Morena no está creando un Estado de Bienestar, como dice, sino más bien un gobierno paternalista, proveedor, con programas que se gestan “desde arriba”, no por los pobres, que fomentan la pasividad y, lo más grave, hace que el bienestar social sea una responsabilidad del gobierno y no de la sociedad en general.

¿Hay cambios en otro lado? Tampoco, porque dado el esquema impuesto por López Obrador, que es centralista y vertical, no permite el surgimiento de nuevos liderazgos o de nuevas iniciativas de gobierno, sometiendo a todos, desde la gubernatura hasta las alcaldías, a una sola línea. Los alcaldes y gobernadores son simple “seguidores” del presidente, repiten sus consignas y sus programas. Se tornan previsibles, mecánicos y robóticos, como en los peores tiempos del PRI.

Esto quizás es funcional para la gobernabilidad nacional, pero es fatal para el desarrollo de las políticas locales porque si bien genera cohesión y lealtad al presidente, no impide la división de Morena (a pesar de los abrazos como en BC), y la disputa del poder entre fracciones locales. Los morenistas son leales al presidente, pero entre ellos se destrozan abiertamente.

No es casual que lo más relevante del mini informe de la alcaldesa de Tijuana, Monserrat Caballero, haya sido el mensaje que dirigió a otras fracciones del gobierno: “Ya basta de políticas de ocurrencia, de propuestas absurdas que buscan confrontarnos como tijuanenses”.

Es difícil que en estas condiciones se produzcan cambios de fondo, no sólo en estos campos sino también en el terreno de la corrupción, la democracia y la prosperidad en general. Morena hace cambios para que todo siga igual y sigan gobernando los mismos.

*El autor es analista político

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