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Amador, en coma

Los políticos morenistas que llegaron a ocupar todos los cargos públicos, se envolvieron en el manto mesiánico de la incorruptibilidad y se lo creyeron. En el velo sagrado de no robo, no miento, no traiciono, creyeron, aunque algunos no cumplieron.

La soberbia es la fase terminal de los políticos, dicen quienes de esto saben.

Y la verdad sea dicha en Baja California está más que evidente.

Los políticos morenistas que llegaron a ocupar todos los cargos públicos, se envolvieron en el manto mesiánico de la incorruptibilidad y se lo creyeron. En el velo sagrado de no robo, no miento, no traiciono, creyeron, aunque algunos no cumplieron.

Todos los que estaban fuera de su círculo cerrado, eran, por lo menos, corruptos de la peor ralea. Los sátrapas, hijos no reconocidos, ladrones de poca o mucha monta, que merecían recibir latigazos en la Plaza de los Tres Poderes.

Y la verdad, los había y los hay, y sí merecen ser castigados, pero por la Fiscalía, por la Fepafe, por la ciudadanía que ya lo hizo el 2 de junio pasado, pero no por el dedo flamígero de políticos advenedizos que muy, pero muy pronto, enseñaron el cobre.

Es increíble cómo se desfiguró, en días, el gobierno del mandatario estatal, Jaime Bonilla Valdez, quien resolvería todo con llamadas a la CDMX.

El escándalo explotó y recayó en tres funcionarios estatales, la titular de la Secretaría de Bienestar, Cynthia Gissel García Soberanes y del oficial Mayor, Jesús Núñez, quienes fueron destituidos.

Pero también sobre el secretario General de Gobierno, Amador Rodríguez Lozano, quien hasta este día aún se mantiene en su cargo, pese a los señalamientos.

Es evidente que Rodríguez Lozano está afectando fuertemente al gobernador, Bonilla.

Es el encargado de la relación política, del equilibrio, de ser un pararrayos para el gobernante en turno. Por algo en el argot del servicio público es conocido como "El Dos", sólo atrás del gober.

Amador no está funcionando como tal. Cada que arma un Live o da conferencia de prensa suma nuevos enemigos, comete nuevos errores. Es un desastre a la hora de comunicar. Es complejo, difuso, confuso y profuso, por decir lo menos.

El lunes pasado parecía que sus horas estaban contadas, pero Bonilla decidió darle un espaldarazo al permitir que le tomara la protesta a dos funcionarios. Un día después, el mismo Gobernador declaró que lo dejaría, ya que no había acusaciones de participación directa en los "moches".

El respaldo estaba ahí. Amador es su operador en muchos temas, los cuales, supuestamente, sacaría adelante.

Sabemos que es el principal impulsor del proyecto de la llamada Ley Bonilla, tambaleante y casi imposible, se habla de que la Corte ya definió que esta administración será de 2 y no 5 años.

Amador es el principal promotor de los señalamientos de corrupción, de los anteriores funcionarios estatales.

Pero con las acusaciones en su contra de posibles actos de corrupción por los llamados moches, esa bandera que le fue entregada, está más débil que nunca.

Amador debería ser el enlace con los diputados, pero les dijo corruptos y que pidieron un millón de pesos para aprobar refinanciamiento. Se enfrentó al débil, pero apapachado por los diputados de Morena, el ex panista, Miguel Ángel Bujanda.

Se peleó con Coparmex nacional, hizo fuertes señalamientos contra su dirigente, Gustavo de Hoyos Walther. Quizá con la intención de agradar al presidente AMLO, a quien este empresario no le agrada nada.

Hizo fuertes sentimientos contra la codirectora del semanario ZETA, Adela Navarro, aunque no le funcionó, al grado de que el Gobernador tuvo que salir al quite y decir que él respeta a los periodistas y el mismo, aún Secretario General, debió hacer una publicación, horas después, donde dice que respeta a los medios de comunicación.

Por eso digo que Amador, está en coma.

Y hay quienes dicen que no alcanzará ni a partir la Rosca de Reyes.

La verdad sea dicha.





* La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.

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