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Agave milenario revela la verdadera historia de los indígenas en Arizona

Una especie de agave milenario que acaba de ser descubierta por científicos y botánicos revela un significativo avance arqueológico sobre la vida de los indígenas en el sur de Arizona, quienes desarrollaron un sofisticado estilo de vida que les permitió subsistir durante años en el inhóspito desierto.

Una especie de agave milenario que acaba de ser descubierta por científicos y botánicos revela un significativo avance arqueológico sobre la vida de los indígenas en el sur de Arizona, quienes desarrollaron un sofisticado estilo de vida que les permitió subsistir durante años en el inhóspito desierto.

Este descubrimiento que acaba de ser publicado en una investigación arqueológica es considerado como uno de los más relevantes del siglo, ya que muestra como la cultura Hohokam, que datan de los años 800 a los 1450 después de Cristo, crearon una forma de vida domesticando la agricultura por medio de los agaves.

El descubrimiento se dio por accidente cuando el arqueólogo William Doelle realizaba un estudio de los sitios indígenas, entonces al ver las fotos se percató de la existencia una especie de agave nunca antes vista.

A finales de la década de 1990, un grupo de arqueólogos comenzaron a documentar antiguos campos de cultivo en un área de 60 millas que recorrían la ribera del río San Pedro. Durante su trabajo arqueológico se encontraron con cuchillos de piedra tabulares que los Hohokam habrían usado para cosechar y procesar los agaves que luego consumían.

Aunque la planta es muy similar al típico agave, lo que lo hace diferente es la flor y las ramas que crecen hacia arriba, dicha especie es exactamente la misma planta que cultivaban los Hohokam antes de la llegada de los españoles, de acuerdo a un estudio molecular, y a pesar de ser un agave que dependía del cuidado humano, su subsistencia la basa en su tolerancia al calor y las sequías.

Los Arqueólogos califican ese hallazgo como uno de los más significativos porque brinda pruebas vivas, respaldadas por evidencia arqueológica, de que los Hohokam estaban cultivando agaves a gran escala sobre montículos de piedras con sistemas de irrigación sofisticados.

En varias entrevistas que realicé, los científicos me explicaron que los indígenas se alimentaban del agave ya que encontraron hornos donde cocinaban la cabeza de la planta, la que también era usada en ritos ceremoniales.

Debido a que no produce semillas, este agave carece de la capacidad de reponer las poblaciones que perecen a través de la sequía, así que las plantas sobrevivientes son clones que crecen en los mismos campos donde los agricultores las plantaron hace más de 600 años.

Dicho descubrimiento les da la oportunidad a los científicos para recuperar este cultivo al borde de la extinción y aprender más sobre la cultura Hohokam, considerada la más grande en Arizona.

La planta parece reproducirse únicamente por compensaciones vegetativas y no por semillas, lo que llevo a los investigadores a la hipótesis de que era un cultivo domesticado, lo que quiere decir que su sobrevivencia depende de los humanos, como fue el cultivo del maíz en México y otras especies domesticadas en el mundo.

Con los años despareció dicho grupo étnico y quedó en el olvido la especie, la que fue descubierta recientemente y bautizada con el nombre de “sanpedroensis”.

Un hallazgo que arroja un nuevo panorama de la historia indígena en Arizona y del mundo.





*La autora es Corresponsal de la Agencia Internacional de Noticas Efe.