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Advertencia exportadora

Nuevamente uso el espacio para comentar sobre lo que muchos percibimos en nuestra economía, la cual está siendo ajustada en su crecimiento a la baja para el año que entra.

Nuevamente uso el espacio para comentar sobre lo que muchos percibimos en nuestra economía, la cual está siendo ajustada en su crecimiento a la baja para el año que entra, a pesar de que para el presente hay mejoría. Anticipo como conclusión que no estamos en recesión, pero lamentablemente no hemos recuperado lo que se perdió por la pandemia. Aquí parte del sustento.

Aún el mundo entero (Estados Unidos y México incluidos) están en riesgo de registrar un escenario de estancamiento y alta inflación, incluso para los próximos años. Además, la gran conexión de nuestra economía con el resto del mundo y la endeble e incompleta recuperación nos atemorizan por un bajo crecimiento, al grado de que ya algunos dicen que, si sigue así, será un sexenio perdido con niveles por debajo del tan criticado dos por ciento que se tenía en promedio anual en los sexenios anteriores.

Si esto último se registra, entonces estaremos en niveles mayores de pobreza, menor población en clase media y más personas trabajando en la informalidad. Esto lo resalto porque cuando uno va al super o a la tortillería, se escucha la dificultad de poder comprar con menos ingresos reales, es decir, los aumentos en los precios causan mayor pobreza, desigualdad y comienzan a generarse cierta inestabilidad. Tan sólo pensemos en el precio, por ejemplo, de la tortilla, el pan (de caja y dulce), los cereales y algunos lácteos; ya no digamos el aguacate y el limón. Seguro que igualmente que a mí, seguro a ustedes también la esposa, las hermanas y las amistades lo mencionan cada semana.

Pero igualmente las empresas están analizando otros factores para la segunda mitad de este año. Uno de esos es si podrá haber una nueva disrupción en las cadenas de suministro, sea por que se prolonga la guerra o porque también China puede afectar a Taiwán en sus exportaciones, al detenerle la proveeduría, por ejemplo, de arenas y químicos necesarios para fabricar componentes eléctricos y otras partes para incorporarse en productos manufactureros. Esto, seguramente, a empresas IMMEX de nuestra ciudad y estado les afectaría.

Qué más están considerando las empresas y los inversionistas nacionales y extranjeros como los que tenemos en Mexicali. Bueno, pienso que los ajustes a las tasas de interés que hacen los bancos como la Reserva Federal y el Banco de México. Acomodos en las tasas que deben hacerse con cautela para estabilizar el poder adquisitivo del dinero, no afectar tanto el consumo y evitar que personas y empresas pierdan la confianza de que en próximos meses la inflación disminuya.

Me detengo en lo de las tasas, porque se corre el riesgo de que los mercados financieros se vuelvan relativamente más atractivos que los proyectos de inversión física, en plantas, en fierros como dicen varios de mis amigos.

Para terminar, un tema que cobra y tendrá más relevancia, es el de las consultas y tratamiento que se le quiera dar al T-MEC y que tendremos más claro el 16 de septiembre según lo ha señalado el presidente. Si no se llega a un acuerdo y los diferendos son bien aclarados y dados a conocer los planteamientos entre los tres países, entonces atengámonos a que se compliquen los escenarios de inversión, se deterioren las posibilidades de exportación, porque Mexicali, Baja California y todo el país tienen en el norte el motor más importante de su crecimiento económico.

*- El autor es Consejero Nacional de Index, además de Director de Recursos Humanos para LatinAmérica en Newell Brands.

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