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Piensa

Messi, Messi, Messi...

Acorde con Víctor Kuppers, conferencista catalán, está comprobado que las personas transmiten energía, vibraciones. Hay unas que transmiten positivas, esas que te hacen el día, y hay otras que francamente prefieres evitarlas por lo negativo de las mismas.

Por otro lado, tenemos que estar conscientes que actualmente en nuestras comunidades muchas gente anda en “modo negativo” y es hasta cierto punto comprensible: prendes la tele y ves la noticias, puro narcotráfico y tragedias, te vas al periódico y te encuentras los pronósticos de la economía y de las finanzas, y escuchas entonces la radio y te enteras de la corrupción de la clase política. Podemos afirmar entonces que hay una crisis de estado de ánimo, concluye Kuppers.

Víctor entonces explica una fórmula que podemos tener en nuestra mente para tener un mejor estado de ánimo: (C + H) x A.

La explicamos: C es igual a conocimientos, H es igual a habilidades y A es equivalente a actitud. Los conocimientos por supuesto que son importantes para poder salir adelante en la vida, sin ellos es prácticamente muy difícil lograrlo. Las habilidades son aquello que desarrollamos al aplicar los conocimientos que adquirimos, es cuando realmente aprendemos al poner en práctica aquellos. Y la actitud es el aspecto que forja a nuestra persona, a nuestro modo de ser; lo interesante es que conocimientos y habilidades son sumandos, pero la actitud es la que multiplica, esta es la gran diferencia. Aclara Víctor que esto no significa que conocimientos y habilidades no sean necesarios (no hay nada más peligroso que un ignorante motivado), pero tener en cuenta que nuestra actitud positiva o negativa es fundamental.

Otra manera de verlo es de la siguiente manera: a nuestros amigos los escogemos por su actitud, no por sus conocimientos o habilidades.

Otro aspecto que recomienda Víctor es el de reflexionar y hacer pausas. Todo mundo anda muy acelerado hoy, y eso primordialmente por consejos recibidos de libros o conferencias de motivación personal. Ejemplo, la vida es como una bicicleta te dicen, si te paras te caes. Pero las bicicletas también necesitan que las revises y les des servicio. Otro ejemplo de manejo del tiempo: levántate una hora más temprano, y tendrás una mayor ventaja, y la pregunta que se hace Víctor es “¿contra quién?”.

Todo mundo anda bien acelerado, de 7 de la mañana a 11 de la noche, ¿haciendo qué? Y aquí Kuppers hace una observación muy importante: en la vida lo más importante es hacer lo que es más importante. Desafortunadamente todo mundo sigue el ciclo rutinario: nacen, crecen, se reproducen, discuten y mueren.

Kuppers sugiere entonces dos cosas para mantener una actitud positiva. La primera de ellas es aprender a ser agradecido. Ejemplo: por los hijos que tengo, por el cónyuge, por el trabajo o el negocio que tengo, por la salud. Y tener presente que todo mundo tenemos cuando menos 20 cosas que agradecer, y conscientes de que también tenemos 20 problemas que resolver. El problema es que el cerebro se concentra en estos últimos. Víctor sugiere que escribamos las 20 cosas por la cuales hay que estar agradecidos. A él, como le va al Barcelona, dice que las primeras cinco están muy fáciles: Messi, Messi, Messi, Messi, Messi.

La segunda cosa que sugiere Kuppers es tener sueños e ilusiones. Y si no los tienes hazte algunos. Por ejemplo, la ilusión cuando te tomas una cerveza: desde que ves al mesero que viene con ella ya la empiezas a saborear. Te la sirven y te le quedas viendo, luego acaricias el vaso y sientes lo frío de la bebida, te concentras en la espuma, y acto seguido le das el primer trago, que siempre es el más largo, y que te provoca escalofríos. Esta es una verdadera delicia que mucha gente se puede dar, pero que no la disfruta como se debe.

Hay que estar conscientes de que habrá situaciones muy difíciles, como una enfermedad, un revés económico, un fallecimiento de ser querido inesperado, y esos francamente no tienen solución, hay que sufrirlos y digerirlos. Pero lo que no se vale es que de una nimiedad hagas una tragedia: pedí ventanilla en el asiento y me tocó pasillo, o me tocó una cola muy larga en el cine.

Recordemos, las cosas hay que tomarlas como son, y muchas veces no son como uno quiere, Dios reparte las cartas y toca a cada uno jugar con las que te tocaron, no hay de otra. ¡Feliz domingo, estimado lector!

El autor es socio del Despacho Ballesteros y asociados.

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