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Columna Huésped

'Crímenes sueltos', el cuento como desafío La fuerza de un narrador reside en múltiples aspectos de su creación. Hay narradores que destacan por la viveza de sus personajes, mientras que otros sobresalen por los mundos a los que dan vida y credibilidad. Muchos lectores prefieren la destreza de un autor que sabe anudar una buena trama que los mantenga en suspenso o su habilidad para dominar el lenguaje. Hay, en todo caso, escritores para todos los gustos y eso hace de la narrativa un espacio literario que siempre ha sido más democrático y abierto que el de la poesía o el ensayo. Y si a esto le añadimos los géneros que nutren a la ficción narrativa actual (desde el policiaco hasta la ciencia ficción, pasando por el horror, la fantasía, el romance o el histórico), entonces podemos considerar que el panorama se abre hacia todos los confines de la imaginación humana, se extiende hacia todas las fronteras del conocimiento. Una cuestión aparte es que, en el mundo narrativo contemporáneo, la reina de este es la novela. El lector quiere entrar en otras realidades, vivir otras vidas y descubrir otros escenarios desde la experiencia misma que da una lectura de largo aliento, una lectura que le ayude a viajar por ella durante días o semanas. Y eso se lo proporciona, sin duda, el género novelístico que permite la inmersión completa, el viaje fabuloso en todos sus detalles. Sin embargo, buena parte de la narrativa del siglo XXI tiene su mayor impulso creativo en un formato más antiguo, más modesto, más desafiante: el cuento. Se ha dicho que el cuento no vende, que las editoriales comerciales le sacan la vuelta, pero es el cuento donde el lector tiene mejores posibilidades de conocer a un escritor, de seguirle la pista, de verlo crecer. Para muchos autores, el cuento es el primer aprendizaje antes de saltar a la novela como campo de expresión, antes de emprender la gran tarea de contar, por centenares de páginas, una historia propia. Lo que pocos dicen es que el cuento es un reto en sí, un arte mayor con mínimos recursos, una ficción completa hecha con un número limitado de palabras. Una lección de que lo menos a veces es más. Y eso puede verificarse leyendo 'Crímenes sueltos' (ICBC, 2017) de José Salvador Ruiz, un escritor que ha apostado, desde hace un lustro cuando menos, en la narrativa policiaca, en el cuento criminal. Nacido en Mexicali en 1971, Salvador Ruiz se ha caracterizado por dar voz e identidad a sus personajes de frontera. La mayoría de ellos son gente común y corriente que vive al día, que sufre y padece un mundo que no perdona a nadie, una realidad que castiga por igual a víctimas y verdugos. Sin embargo, la narrativa de nuestro autor no recurre al patetismo, a la conmiseración. En su lugar aparece un sentido del humor filoso, procaz, que crece en un paisaje urbano hecho de ambiciones desmedidas y traiciones cotidianas, que sirve de arma defensiva ante una ciudad como Mexicali, ante una frontera donde vivir tiene un costo terrible. Humor que es sátira de nosotros mismos en tiempos oscuros, tabla de salvación en la borrasca del mundo. Los protagonistas de sus narraciones nos recuerdan que la capital del Estado de Baja California ha sido siempre un espacio privilegiado para toda clase de negocios legales e ilegales. Ya sea que veamos el Mexicali de los tiempos de Braulio Maldonado, el de la visita de Ronald Reagan en 1986 o el Mexicali del siglo XXI, en todos estos escenarios lo que destaca es la gente que vive al margen, los desesperados en su miseria, los locos, los salvajes, los que están con la espalda en la pared. Los que viven a la sombra de los flamantes centros comerciales para la gente bonita, los residentes fronterizos que habitan un entorno hostil, duro, que a la vez es su casa, su hogar, su coto de caza, su santuario. En cierta medida lo que este conjunto de narraciones nos presenta, haciendo ligero lo profundo y profundizando en nuestras carencias y defectos como sociedad, es que se da a la tarea de poner en primer plano gente que resiste, que aguanta, que hace lo imposible para no caer en la miseria, en la desesperación. De eso trata Crímenes sueltos. De eso y más. * El autor es escritor y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

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