MÉXICO-. Pocos conocen la desgarradora historia que une dos monumentos emblemáticos de México y Francia: el Ángel de la Independencia, en Ciudad de México, y la Catedral de Notre-Dame, en París.

Esta conexión tiene como protagonista a Antonieta Rivas Mercado, hija del arquitecto Antonio Rivas Mercado, responsable de la construcción del Ángel de la Independencia.

Una vida marcada por el dolor y una conexión entre dos monumentos históricos

La vida de Antonieta, marcada por tragedias personales y una relación complicada con el intelectual José Vasconcelos, culminó de manera trágica en la capital francesa.

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Antonieta nació en 1900, criada en un ambiente cultural e intelectual, pero a lo largo de su vida enfrentó difíciles pruebas, como un doloroso divorcio que la dejó sin la custodia de su hijo. Su relación con Vasconcelos, quien también fue un importante político, fue intensa, pero acabó en amargura con la derrota de él en las elecciones presidenciales.

Estos sucesos marcaron profundamente a Antonieta, que luchó con problemas emocionales y de salud durante años.

En 1931, después de su relación fallida con Vasconcelos y su deterioro físico, Antonieta se trasladó a Francia, donde continuó enfrentando sus demonios internos.

Finalmente, el 11 de febrero de ese mismo año, en un acto desesperado, Antonieta se quitó la vida en la Catedral de Notre-Dame de París, utilizando la misma pistola con la que Vasconcelos había intentado suicidarse años antes.

Este trágico suceso une de manera insólita a dos símbolos de México y Francia: el Ángel de la Independencia, una obra de su padre, y la Catedral de Notre-Dame, donde ella encontró su final.

La historia de Antonieta Rivas Mercado, marcada por el sufrimiento, el amor no correspondido y una lucha constante, sigue siendo un recordatorio de las batallas internas que muchas personas enfrentan, sin importar su posición en la sociedad.