Juegos Olímpicos: ¿Por qué prohibieron los bañadores que hacían romper todos los récords en natación?

Entre 2008 y 2009, en el mundo de la natación se rompieron 130 récords mundiales. Para algunos, la razón detrás de este fenómeno fue la llegada de una tecnología revolucionaria en bañadores, tan avanzada que tuvo que ser prohibida, y hoy conocerás los detalles de esta serie de eventos.

La llegada del poliuretano

Durante esos años, marcas como Speedo, Arena y JAKED introdujeron bañadores fabricados con poliuretano, un polímero plástico que cambió las reglas del juego. Este material, utilizado en otros campos, ofrecía ventajas significativas a los nadadores.

¿Qué hacía especial a los bañadores con poliuterano?

El poliuretano tenía la capacidad de crear bolsas de aire en el tejido del bañador, lo que resultaba en una menor densidad que el agua. Esto daba a los nadadores mayor flotabilidad y menor resistencia. Además, los bañadores se adaptaban perfectamente al cuerpo (los nadadores podían tardar hasta 25 minutos en ponérselos).

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El uso de estos bañadores ofrecía una ventaja clara: 54 centésimas de segundo, un 24% más de velocidad punta y un peso increíblemente bajo de 99 gramos por metro cuadrado, características que permitieron a los nadadores superar sus propios límites y batir récords.

El auge y caída de los Superbañadores

El punto culminante de estos bañadores se dio en los mundiales de natación de Roma 2009, donde se rompieron 43 récords en 31 pruebas durante solo 8 días de competición. También en los campeonatos de España de Palma 2009, varias marcas nacionales fueron pulverizadas.

Aunque no todos los récords fueron logrados por nadadores con bañadores de poliuretano, el 99.9% de los deportistas de esa época los usaban, lo que significa que la mayoría de los récords se debieron a esta tecnología.

La ventaja proporcionada por el poliuretano era tan notable que algunos nadadores llegaron a usar bañadores de marcas diferentes a las que los patrocinaban, cubriendo los logos para evitar problemas legales. Esta situación, de acuerdo al divulgador Iván Fernández Amil, generó preocupación en la Federación Internacional de Natación (FINA).

En respuesta al gran número de récords batidos en tan poco tiempo, FINA decidió en 2010 prohibir el uso de bañadores de poliuretano en competiciones oficiales. Aunque los récords se mantuvieron, la posibilidad de revisarlos quedó abierta si resultaban insuperables.

El legado de los Superbañadores

A pesar de la prohibición, algunos de aquellos récords logrados con los superbañadores siguen vigentes. Sin embargo, con el paso de los años, muchos de ellos han sido superados, demostrando que el espíritu de competición y el talento natural de los nadadores siguen siendo factores clave en el deporte.

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