Ser humilde es un buen propósito de año nuevo, pero requiere saber qué es lo que más valoras

En un artículo Darren Bradley, profesor de Metafísica y Epistemología en la Universidad de Leeds, destaca la importancia de la humildad como un propósito de Año Nuevo, pero señala la dificultad de definir filosóficamente este concepto.

La autora, Anna Katharina Schaffner, describe la humildad como una "antigua virtud" que no se relaciona con la baja autoestima, sino más bien como una "modestia espiritual". La paradoja surge al intentar definir la humildad, ya que afirmar ser humilde puede contradecir el verdadero sentido de la humildad.

Bradley aborda dos enfoques: el primero, una "ignorance account" que sugiere que la humildad implica ignorar las propias cualidades positivas; el segundo, una "accuracy account" que defiende que la humildad implica tener creencias precisas sobre las propias cualidades.

¿Se puede estar equivocado?

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Se destaca la idea de que la humildad no necesariamente requiere creer con certeza en todo, ya que implica la apertura a la posibilidad de estar equivocado.

El profesor introduce la noción de una "self-doubt account" que permite afirmar sinceramente "soy humilde" siempre y cuando se esté abierto a la posibilidad de estar equivocado.

Señala que la afirmación típica de ser humilde entra en conflicto con el significado literal de la frase, ya que suele buscarse impresionar a los demás, algo que una persona verdaderamente humilde evita.

Finalmente, destaca la importancia de tener el tipo correcto de deseos, una "indifference account", para ser verdaderamente humilde.

Ser humilde implica preocuparse por lograr metas personales, no por recibir elogios o reconocimientos. La conclusión invita a reflexionar sobre lo que realmente valoramos y consideramos más importante al fijar nuestras metas para este año.

Artículo original publicado en The Conversation