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Máynez o el otro Plan C

La batalla electoral está decidida para la presidencia, pero el verdadero suspense se centra en el crecimiento de Movimiento Ciudadano y su potencial para alterar el equilibrio legislativo, crucial para las ambiciones de López Obrador de lograr una mayoría constitucional en el Congreso.

La candidatura de Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, el tercero en la discordia en la lucha por la silla presidencial, afecta las posibilidades de Xóchitl Gálvez, quien persigue a la puntera Claudia Sheinbaum, candidata del partido en el poder. Pero no es ese el punto que verdaderamente importa. Pese al ruido mediático y el artificioso suspenso que intenta instalarse, seamos honestos, esa competencia está decidida desde hace rato. Los más de 20 puntos promedio que Morena y sus aliados sacan de ventaja, según las encuestadoras más establecidas, se han sostenido a lo largo de meses, escándalos, dimes y diretes, y a estas alturas no van a modificarse en las cuatro semanas que restan.

Pero durante este cierre de campaña hay una variable que comienza a moverse de cara a la enorme batalla que está en marcha por el control del Congreso el próximo sexenio: El peso de Movimiento Ciudadano.

Como es sabido, el famoso Plan C anunciado por López Obrador consiste en ganar dos tercios de las curules y los escaños en el poder legislativo este 2 de junio, y obtener así la mayoría calificada que le permita hacer cambios constitucionales. Esto le daría al actual Presidente todo un mes, entre la instalación de la nueva legislatura (1 de septiembre) y su salida de Palacio (30 de septiembre) para hacer las reformas de fondo que hasta ahora las cámaras le han negado. Una estrategia fácil de explicar, pero difícil de realizar.

En las últimas elecciones, 2021, Morena y sus aliados triunfaron en 180 de los 300 distritos y se quedaron cortos por más de medio centenar de diputados tras el reparto de plurinominales. En el Senado el objetivo es aún más difícil de lograr porque, de entrada, se otorgan 32 escaños a la primera minoría (es decir al que no ganó) y eso equivale al 25%. En este momento al Presidente le falta una decena de senadores para alcanzar el objetivo. En los últimos años el grupo mayoritario intentó negociar con el PRI y sus 70 diputados la anuencia para sacar adelante iniciativas presidenciales, como la reforma eléctrica o la adscripción de la Guardia Nacional al ejército, pero las conversaciones resultaron infructuosas. La oposición mantuvo con éxito el veto a los cambios constitucionales que deseaba Palacio Nacional.

Este “impasse” se prolongaría al próximo sexenio a menos que el obradorismo consiga la hazaña de barrer a la oposición en las urnas este 2 de junio y quedarse con más de 333 diputados y 85 senadores. Pero comienza a abrirse una nueva posibilidad por otra vía y aquí es donde entra MC.

Actualmente este partido cuenta con 28 diputados y 10 senadores, gracias al 7% de la votación obtenido hace tres años. ¿Cuántos más necesitaría crecer para convertirse en el fiel de la balanza que incline la mayoría constitucional para un lado u otro? Esa es la pregunta que habría que hacerse. Desde luego dependerá de lo que obtenga Morena y sus aliados y por cuánto se quede corto esta vez. Pero si ambas fuerzas mejoran “sus prestaciones”

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