El regreso del tren de pasajeros

Miles de sonorenses viajarán en los próximos meses al Sur para conocer el Tren Maya, una joya de ingeniería civil. Descubrirán en la ruta sitios y ciudades de alto valor histórico, cultural y ambiental. Ese maridaje único de experiencias y su derrama asociada es el justificante esencial del proyecto. Con el regreso del tren de pasajeros, el País se inserta en la senda mundial de recuperar una alternativa de transporte cada vez más rápida, verde y eficiente en distancias medias. Es, sin duda, una noticia grata.

Las tres grandes potencias mundiales han relanzado el transporte ferrovial. China, Europa y Estados Unidos apuestan crecientemente por los trenes para honrar los compromisos del Acuerdo de París. Algunos países, como Francia que ya legisló o España que lo pretende, incluso transitan hacia la prohibición de vuelos en distancias cortas. Los aviones enfrentan varias desventajas frente a los trenes: Son menos confiables por retrasos aeroportuarios, comen tiempo al viajero por filtros de seguridad y emiten más carbono por pasajero.

El Tren Maya tiene atractivos indirectos allende la reducción de emisiones y los ingresos tarifarios. El principal componente del análisis costo-beneficio en proyectos similares es el incremento en ocupación hotelera en el trayecto e inmediaciones. Pero también hay crecientes ingresos públicos. Además de las ventas empresariales y los tributos federales asociados, mayor recaudación de impuesto al hospedaje -principal ingreso estatal de Quintana Roo- significará importantes recursos adicionales para las entidades federativas en la ruta, lo que a su vez elevará su reparto de participaciones por la fórmula hacendaria, que premia crecimiento y recaudación propia.

No serían las únicas bondades indirectas. Vendrán también derramas de consumo por la prolongación de la estancia media (medida en días-habitación), donde típicamente las artesanías, las ventas minoristas y las visitas a sitios salen más beneficiadas. Por otra parte, la Organización Mundial de Turismo calcula que el 70% del empleo generado en turismo es para mujeres y jóvenes; el Tren Maya traería con alta probabilidad una mayor Población Económicamente Activa (PEA) por mejores oportunidades y salarios. Como corolario, una reducción de desigualdad de ingreso medido por los coeficientes de Gini municipales sería esperable.

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A nivel nacional, pronto se inaugurará el tren México-Toluca, uno de varios adeudos de Peña Nieto. Pero existen otras rutas que Claudia Sheinbaum, quien lidera las encuestas con solvencia, podría explorar a futuro, siendo la México-Querétaro una de las más atractivas.

A nivel estatal, no parece haber intención de recuperar el tren de pasajeros por cuenta propia. La opción tradicional sería rehabilitar la línea México-Nogales, pero otras rutas podrían someterse a estudios técnicos: 1) un ramal del Chepe (Sinaloa-Chihuahua) hacia Álamos u Obregón como origen-destino o hacia la sierra alta sonorense como desprendimiento; 2) una prolongación más ligera del tren costero de California (Pacific Surfliner de Amtrak) hacia Tijuana-Mexicali-San Luis y Puerto Peñasco, y 3) un tranvía en Hermosillo para articular al Centro Histórico con Villa de Seris, La Sauceda, Vado del Río y Unison. La última opción, urbana y más ligada a movilidad laboral-estudiantil y menos al turismo, es común en ciudades medias y turísticas de Europa, pero también en Estados Unidos (San Diego y Tucson, por ejemplo).

La mayor afluencia turística sería fundamental para los estimados de potencial, aunque habría que añadir mayor recaudación por predial, nuevas penalizaciones al automóvil (como estacionamientos o cordones de tránsito) y reconversiones al uso de suelo para robustecer el caso. El tranvía en específico tiene al menos cuatro ventajas frente al autobús de tránsito rápido BRT o “metrobús”: 1) emite menos carbono, 2) permite circular autos sobre la vía (no exige carril confinado), 3) sus estaciones suelen ser más compactas, y 4) su faceta verde reduce intereses por financiamiento. La planeación es fundamental para cosechar éxito de largo plazo.

Con el Tren Maya se dio un enorme paso para vencer prejuicios y virar tendencia. Hacia delante, hay que redoblarlo.