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Farándula deportiva

El fútbol tampoco está exento.

Y aunque no es de deportes este comentario, la detención de uno de los brazos armados de los hijos del “Chapo” Guzmán, de una u otra forma, tiene qué ver con las millonadas de dólares que maneja la organización de uno de los hombres más ricos de México y que hoy purga condena de cadena perpetua en EUA, dinero que estuvo en el negocio del futbol de México.

Mucho se ha comentado de la relación que pudo tener Joaquín Guzmán con los empresarios y políticos más importantes del País, y no se diga con el mundo de la farándula. Lo “curioso” se habla y se comenta mucho del tema, pero a la vez no. “Caballero poderoso es don dinero”, dice una frase. El deporte no es ajeno a estas especulaciones, recuerdo que en aquellos años fue muy sonado el caso del equipo de beisbol en la Liga Mexicana del Pacifico, Potros de Tijuana, que sus dueños, encabezados por el empresario Jaime Bonilla, donde en la temporada 1987-88 que quedaron campeones, Bonilla acabó con el formato que tenía la liga a pagar altos sueldos. Se habla de partidos arreglados, en esa época hubo dólares al por mayor con contrataciones como las de Jorge “Charolito” Orta, Tim Lear, Jesús “Chito” Ríos, Andrés Mora, Mike Gallegos, entre otras figuras más.

Eso no les gustó a los demás dueños de los equipos de la Liga Mexicana del Pacífico y decidieron expulsar a Bonilla, y de por vida de ese circuito. Sabrá Dios qué más le descubrieron para tomar tal decisión, es la primera ocasión que escuché hablar que había dinero del narcotráfico en un equipo profesional, fue a mediados de los años ochenta.

Es el futbol el deporte número uno en México y el que más dinero genera, donde se manejan millones de dólares ni mandado hacer para lavar dinero, nada más que como todo; hay que entenderle bien al negocio. No cualquiera.

El primer caso que se ventiló, y no hace mucho, fue de aquel ex portero de la franja del Puebla, Tirso Martínez, quien se involucró en ese ambiente y llegó a ganar millones de dólares en ese negocio, el cual “invirtió” en equipos de futbol profesional, joyas, carros y demás.

El primer equipo que compró fue Venados de Yucatán, de la Liga Expansión MX, de donde es originario; posteriormente La Piedad, Irapuato, Celaya, hasta llegar al equipo Gallos Blancos del Querétaro, con ese equipo era un secreto a voces que el dinero que financiaba a Gallos Blancos venía de Sinaloa, incluso del “Chapo” Guzmán, que era un aficionado a este deporte, donde Tirso Martínez trabajó para él en el trasiego de coca a los EUA en trenes; eso lo declaró él en una corte en Nueva York, declarándose culpable.

En el Bajío, donde jugaban Irapuato y León, empezaron a suceder cosas “muy raras”, incluso en un juego que se disputaría entre ambos equipos, llegó un comando armado al estado de Irapuato a tomarlo, tratando de impedir que rodara el balón.

Eso fue la gota que derramó el vaso para la Federación Mexicana de Futbol, tomando cartas en el asunto y obligando a Tirso a vender lo que tuviera que ver en el futbol profesional. No les convenía a los dueños de los equipos, ya que estaban dejando muy mal parado al futbol mexicano ante la FIFA. Imagínese, estimado lector, para los Azcárraga, lo que eso significaba.

Alguna vez me comento un buen amigo, técnico de futbol que le tocó dirigir a los Dorados de Sinaloa en la Liga Expansión, que en alguna ocasión le tocó saludar en Culiacán a un personaje chaparrito, con gorra y playera negra de marca, muy sencillo y con un perfil bajo, había ido a un convivio que la directiva ofrecía a su equipo y cuerpo técnico.

Se dice que “El Chapo” Guzmán tuvo la intención de comprar al equipo Chelsea de la Premier League, donde ofrecía 868 millones de dólares. Se calcula que la fortuna del “Chapo” antes del juicio en EUA era de 12 mil 666 millones de dólares, y es que le gustaba el futbol.

¿Qué tanto podía “perder” de su fortuna? El 6.8 %, que no era nada.

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