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El Imparcial / Tijuana / Más que una casa

Una casa llena de colorido positivismo

Germán Ramírez le fue dando forma poco a poco, sin un plan en particular, con la ayuda de un amigo

Como sacada de un cuento de Disney, se trata de una casa llena de colores, por fuera y por dentro; cada habitación, cada rincón luce como se puede ver desde el exterior con diferentes tonalidades.

La vivienda no está sobre un bulevar o avenida principal, de hecho está un poco escondida. En la calle Lázaro Cárdenas de la colonia Sánchez Taboada de Tijuana se ubica esta peculiar residencia que también alberga una pequeña tienda de abarrotes.

Por dentro parece un laberinto y es que cada habitación conecta con otra o con algún pasillo secreto, tiene ventanas y puertas por doquier.

Su propietario desde 1976 es el señor Germán Ramírez, un hombre de 82 años que gusta de escuchar música en discos y cassettes.

“Del disco grabo al cassette y del cassette puedo grabar al disco con los aparatos, pongo canción tras canción, me gusta de todo, desde cumbias hasta norteñas, pero de las más modernas no se crea que sé mucho” declaró Germán Ramírez.

La idea de una casa llena de colores se fue dando poco a poco, sin una razón especial, con la ayuda de un amigo con quien todavía realiza personalmente las adecuaciones.

“Hemos oído a la gente que la casa les gusta, vemos que pasan y hasta se detienen a tomar fotos porque les gusta, sobre todo que tiene muchos colores” dijo Miguel Franco, amigo de don Germán.

Germán Ramírez tuvo cinco hijos quienes también habitaron este humilde pero colorido hogar de concreto y madera, que por cierto no cuenta con regaderas porque a su dueño le gusta bañarse a la antigua, a jicarazos.

“No tengo regadera pero me baño muy a gusto, en toda la casa no hay regaderas, siempre es con jicarazos, a la antigua como dicen, pero más a gusto la verdad”, añadió el señor Germán.

Dicen que todo se parece a su dueño y esta casa refleja positivismo y cariño, un cariño que se ha ganado don Germán entre su comunidad, especialmente los niños que todos los días llegan a la tiendita a comprarle mercancías.

Cuando las paredes y el techo de un hogar trascienden de ser una habitación para alguien a convertirse en la alegría de quien la ve, podemos decir entonces que es “Más que una casa”.Germán Ramírez le fue dando forma poco a poco, sin un plan en particular, con la ayuda de un amigo.

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El Imparcial: imagen de artículo

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