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El Imparcial / Tijuana / Expediente siquiátrico

'No para de hablar, no duerme desde hace dos días'

'No para de hablar, no duerme desde hace dos días'

HISTORIA DEL PADECIMIENTO



“Juan” es un varón de 38 años, casado, tiene un hijo de 13 años y trabaja como oficinista. “Juan” fue atendido por médico siquiatra tres años atrás, debido a una depresión severa en donde dejó de asearse, de acudir a laborar, no comía y se la pasaba en cama dormido, todo esto por más de un mes.



Su esposa decidió pedir ayuda y fue así como acudieron al médico siquiatra, quien diagnosticó depresión y sugirió tratamiento con medicamento antidepresivo y terapia sicológica. Después de seis meses se recuperó por completo, su médico le pidió suspender ya el medicamento y solo acudir a revisión cada seis meses. Se había mantenido estable.



Sin embargo, en esta ocasión fue llevado al servicio de urgencias del hospital de salud mental enviado por su médico siquiatra acompañado de su esposa, ya que desde dos semanas previas había comenzado con aumento en su nivel de energía, se había vuelto más platicador de lo común, ya que “Juan” solía ser muy callado.



Su esposa le preguntó si no estaba tomando algún energetizante, pero él lo negaba; ella le pidió acudir con su médico pero “Juan” se negaba argumentando que se sentía bien.



Los siguientes días continuaba muy platicador, incluso no se le podía interrumpir, en su trabajo ya se habían quejado varias veces ya que durante las juntas interrumpía a su jefe, y cuando se le pedía silencio se tornaba irritable, hasta que fue necesario que lo suspendieran de sus labores.



En los últimos cuatro días su esposa observó que dormía menos horas, y no parecía estar cansado, hasta que llegó el momento en que dejó por completo de dormir durante dos noches y continuaba con la misma energía.



Lo que más preocupó a su esposa fue que “Juan” le comenzó a decir que en un sueño había descubierto la cura contra el cáncer, y que aunque no sabía nada de medicina él ya tenía la forma de erradicar el cáncer en todo el mundo, y se iba a volver rico con dicho descubrimiento. Además ella también estaba preocupada porque estaba manejando sin tomar precauciones y en los últimos días había estado a punto de chocar varias veces.



Su esposa finalmente logró convencerlo de ir con su médico, y este al evaluarlo les indicó que debía ser hospitalizado para manejo integral de sus síntomas, los cuales se los explicaría con detalle más tarde.



ANÁLISIS DEL CASO



Después de una evaluación completa, el médico siquiatra de urgencias confirmó la necesidad de que se mantuviera hospitalizado durante el inicio de su tratamiento, además que por su misma conducta estaba en riesgo su integridad y la de terceros.



Su médico tratante les explicó que lo que estaba sucediendo se llama una fase de manía la cual se presenta en la enfermedad conocida como trastorno bipolar. Les explicó que dicha enfermedad consiste en una disfunción de las sustancias que generan nuestras emociones como el enojo o la tristeza.



Es decir las personas que tienen este padecimiento sienten lo mismo que el resto de las personas, sin embargo sus emociones pueden llegar a extremos como la depresión o como en esta ocasión, la manía. No es una enfermedad provocada, es decir, se nace ya con ella pero suele manifestarse hasta la edad adulta en promedio, intercalando episodios de depresión o de manía.



Dos semanas después “Juan” regresó a su hogar, ya estable y habiendo comprendido que lo sucedido no fue su culpa, pero de ahora en adelante su es su responsabilidad cuidar su salud mental.



Al dialogar con su médico quedó aclarado que en su familia ya había dos personas con trastorno bipolar (abuelo y tío paterno) y que eso tiene una carga hereditaria en él. Le dijo que ante lo heredado no se puede hacer nada, pero sí se puede cuidar la salud mental durmiendo adecuadamente, intentando no consumir alcohol ni otras sustancias tóxicas y sabiendo manejar los niveles de estrés.



Su tratamiento actual consiste en un medicamento llamado estabilizador del estado de ánimo, el cual ayuda a “Juan” a que sus emociones no lleguen al extremo, pero no le impide tenerlas, además que no hay impedimento en regresar a su vida habitual tanto en el hogar como en su empleo.



Las personas con trastorno bipolar no son aquellas que un momento están tristes y otros alegres, este es un padecimiento del cerebro en el cual hay periodos bien distinguidos de síntomas depresivos severos y continuos (todos los días están presente durante todo el día) alternados en otra época de su vida con periodo de síntomas de manía los cuales de igual manera están presentes todos los días durante todo el día y generan importante disfuncionalidad en su vida. Los síntomas de manía pueden ser:



-Menor necesidad de dormir.


-Diálogo aumentado en velocidad.


-Ideas fuera de realidad (como en “Juan” la idea de haber encontrado la cura del cáncer).


-Irritabilidad.


-Excesiva energía.


-Actividades de alto riesgo (no medir el peligro).



Si usted o alguien que usted conoce tiene síntomas de depresión y/o manía, pídale acudir a evaluación de su salud mental, ya que este padecimiento puede ser muy incapacitante si no se atiende, sin embargo si es diagnosticado y tratado se puede llevar una vida funcional. Puede acudir a ser atendido en el Hospital de Salud Mental de Tijuana ya que contamos con un equipo multidisciplinario de médicos especialistas en siquiatría y sicólogos clínicos para tratar este y otros padecimientos.



Estos casos están basados en historias reales, pero los nombres y datos personales han sido modificados, la intención es apoyar a aquellas personas que se identifiquen con ellos.



* Esta publicación se encuentra registrada con el nombre Expediente Psiquiátrico: Casos Clínicos Psiquiátricos del Hospital de Salud Mental de Tijuana, bajo el número 04-2017022311275200”.

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