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El Imparcial / Tijuana / Adultos mayores

A sus 80 años, Erasmo trabaja por su hijo y esposa enfermos 

Tras un año difícil por no poder laborar por la pandemia, don Erasmo retoma su trabajo como empacador, pero con un nuevo reto.

Tijuana, BC.- A sus 80 años de edad don Erasmo es empacador de supermercado, oficio con el que lleva sustento a su hogar, donde lo esperan su esposa y su hijo con síndrome de Down.

“Lo que le dan a uno de eso vive, no estamos haciendo dinero, nomás para comer y comprarnos una que otra ropa, por favor, que nos tengan compasión; en ocasiones me dan ganas de tirar la toalla”, señaló con la voz quebrada.

No sabe leer ni escribir, estudió solo hasta tercer año de primaria y por su edad, no pudo conseguir otro empleo.

Contó que vivía en un pueblo en Sinaloa, donde se dedicaba a la agricultura, pero la situación se complicó y sus hijos migraron a Tijuana.

Tiempo después lo trajeron a esta ciudad fronteriza, pero por su edad ya nadie lo contrataba, por lo que consiguió trabajo como empacador en un supermercado de la zona Este, que le queda a una hora de su casa.

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Sin trabajo

La pandemia del Covid-19 obligó a los adultos mayores a resguardarse al ser población vulnerable, pero para Erasmo no fue fácil.

“Tenía unos ahorros, poquitos y me duraron hasta junio, de ahí para adelante, una hija estaba trabajando y ella fue quien nos sostuvo”, platicó.

Erasmo contó con la ayuda de una de sus hijas, a quien le agradeció todo porque afirmó que sin ella no hubiera sobrevivido.

“Tengo tres hijos y uno no habla, tiene síndrome de Down; mis hijos también se las vieron duras con esta pandemia, no solo yo, mi hija, la que nos ayudó, estudia una licenciatura, ella es muy lista”, señaló.

“Mi mujer es ocho años menor que yo, pero también está mala, tiene que encargarse de nuestro hijo siempre, él no sabe hacer nada tampoco y con su discapacidad, intentamos pedir ayuda al gobierno pero no entendimos bien cómo ”, agregó.

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Vuelven los abuelos empacadores

Después de más de un año poco a poco los abuelos empacadores vuelven, pero ahora con un reto mayor, al no haber bolsas de plástico algunas personas prefieren empacar sus compras y las propinas son menores.

“Ahora lo más difícil es que no hay bolsas, algunos traen sus bolsas y ellos mismos echan, no les gusta que uno empaque, entonces pues cuando uno empaca, aunque sea poquito y la persona tiene conciencia nos da, pero hay alguno que no nos dan nada, ni siquiera las gracias”, Erasmo Zamora. Abuelo Empacador.

A pesar de todo Don Erasmo no pierde su sonrisa y pide a la población continúe cuidándose para no volver a semáforo epidemiológico rojo,

“Nosotros los empacadores no nos queda de otra, tenemos que dar lucha porque en los demás trabajo no nos reciben, ni de limpieza ni menos en otro trabajo, para caminar no podemos mucho, nomas damos unos pasos, asi que trabajan mientras que puedan”, finalizó don Erasmo.

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Tome nota

Si desea ayudarlo, el número telefónico de Erasmo es el 664 599 91 40.

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