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La llegada a México del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para reunirse con el anfitrión Andrés

La llegada a México del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para reunirse con el anfitrión Andrés

Manuel López Obrador, puede tener buenos resultados para el país, que es lo que todos esperan. Por un lado, el mandatario estadounidense trae en su agenda el tema de la seguridad, el tráfico de fentanilo de México hacia Estados Unidos, así como la incontenible migración de cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos que buscan llegar a ese país en busca de un mejor nivel de vida, El canadiense, por su parte, viene para defender diversas inversiones por varios miles de millones de dólares, a las que la administración de López Obrador, en su visión del mundo, ha bloqueado con las políticas energéticas nacionalistas. Tras la llegada de ambos mandatarios, todo parece indicar que la reunión será miel sobre hojuelas, aunque como es bien sabido, toda la “carnita” de esos encuentros es en las reuniones privadas, a puerta cerrada, donde solo están los mandatarios y sus intérpretes.

Por el momento, tanto Biden como Trudeau le cumplieron al mexicano el deseo de aterrizar sus poderosos aviones en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, porque como lo mencionó una vez en su monólogo mañanero, para él representa un logro político.

Ahora habrá que ver cuáles son las concesiones de López Obrador a ambos mandatarios, en reciprocidad por posar las ruedas de sus aviones en el aeropuerto que ante los escasos vuelos que llegan parecer ser un “elefante blanco”.

COMPLICIDAD

La captura del profesor Ricardo Roberto “N” sin duda representa una victoria para la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGE), donde firma como titular Ricardo Iván

Carpio Sánchez, porque tras varios meses pudieron aprehender y sentar en el banquillo de los acusados a ese mal maestro.

Solo que la investigación de la Fiscalía no debe quedar solo en el maestro que ya recibió una vinculación a proceso por pederastia agravada, porque eso es solo una de las catorce acusaciones en su contra.

La investigación debe ir más allá de los abusos del profesor contra las alumnas de la primaria Leona Vicario, porque ese es uno de los planteles donde fue colocado para protegerlo después de haber sido echado de otra escuela precisamente por las sospechas de haber cometido los incalificables delitos en contra de otras alumnas.

Es aquí donde Carpio Sánchez debe ordenar a sus investigadores de la Fiscalía Especializada en Delitos de Género que se vaya más a fondo para ver quién dio protección por tantos años a Ricardo Roberto “N”.

Pero la investigación no solo debe ser por encimita, sino que el Ministerio Público, los agentes estatales de investigación y los peritos, deben revisar en cuáles planteles trabajó anteriormente el profesor, cuánto tiempo duró, realizar entrevistas a quienes fueron sus alumnos, verificar los oficios de sus cambios de adscripción, tanto oficiales como sindicales, porque de ahí se podría establecer si hay más víctimas de sus bestiales instintos, y también igual de importante, determinar quién en el Sistema Educativo Estatal y en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) encubrieron, ya sea por favorecimiento o por omisión a quien ahora está preso tras causar un grave daño a las niñas.

Bien podría iniciar la Fiscalía con el director de la primaria Leona Vicario, porque todo parecería indicar que sabía las atrocidades de Ricardo Roberto “N” y encubrió a quien ahora está en la cárcel.

Yéndose más atrás, los investigadores podrían encontrar a otros directores, funcionarios educativos o sindicales que avalaron los cambios de adscripción del profesor de marras para darle protección, a sabiendas que era un peligro para la niñez mexicalense.

De momento no se sabe que los dirigentes del SNTE se hayan deslindado de Ricardo Roberto “N” o que hayan condenado sus incalificables delitos... a menos que el manto protector del sindicato o del sistema educativo estatal pretendan arropar al presunto pederasta.

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