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Visita presidencial

Tres días después de la captura de Ovidio Guzmán López, que desató una jornada violenta en el estado de Sinaloa, arribará hoy al país el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, para una reunión con el presidente anfitrión, Andrés Manuel López Obrador, y con el otro visitante, Justin Trudeau, primer ministro de Canadá.

Tres días después de la captura de Ovidio Guzmán López, que desató una jornada violenta en el estado de Sinaloa, arribará hoy al país el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, para una reunión con el presidente anfitrión, Andrés Manuel López Obrador, y con el otro visitante, Justin Trudeau, primer ministro de Canadá.

Si no hay cambios de última hora, el mandatario mexicano podrá ver muy emocionado como aterriza el Air Force One en su aeropuerto Felipe Ángeles, algo que lo tenía muy preocupado, porque como lo manifestó en sus monólogos mañaneros es algo que le conviene políticamente.

Durante las semanas anteriores los funcionarios estadounidenses habían advertido que el Servicio Secreto encargado de proteger a Biden había elegido el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México.

Solo que el jueves, casualmente después de la captura del hijo del “Chapo” Guzmán, el gobierno de

Biden dijo que siempre sí, que el Air Force One aterrizará en la pista del Felipe Ángeles.

Al pie del avión el mandatario de los Estados Unidos será recibido por López Obrador, para después abordar “La Bestia”, el vehículo super blindado de Biden, para su traslado a Ciudad de México. Esos 30 o 40 minutos de diálogo a solas entre Biden

y López Obrador serán muy interesantes, porque el mandatario norteamericano trae en su agenda precisamente el tema del fentanilo, el narco y la migración.

AGENTE IMPUNE

Hay un caso en Tijuana que ha llamado poderosamente la atención, tanto de la Fiscalía General del Estado como del gremio de los abogados.

Se trata del caso de un agente de la Policía Municipal de Tijuana, identificado como Jonathan Otoniel “N”, acusado de intentar asesinar a su cónyuge dándole una golpiza que la dejó prácticamente molida. El asunto a pesar de ser terrible y condenable, fue investigado por el Ministerio Público, quien logró sentar en el banquillo de los acusados al agente agresor.

Todo parecía ir bien, puesto que se consideraba que la investigación tenía solidez. Sólo que cuando llegó el caso ante el Juez de Control

José Guadalupe Sígala Andrade, todo empezó a cambiar.

El mencionado Juez, a pesar de toda la evidencia aportada por el Ministerio Público, ordenó la libertad del agente municipal. El argumento para tomar esa determinación que incluso pone en peligro a la víctima, es que había un amparo de la justicia federal para el imputado.

Dicen quienes conocen este grave asunto que es mentira ese argumento, puesto que los defensores del peligroso y agresivo agente policiaco, promovieron el amparo pero sin que aún se haya determinado si es o no procedente.

Una determinación como la tomada por el juez Sígala Andrade es de las que apestan y provocan que las víctimas del delito de plano pierdan la confianza en la justicia.

Y eso es este caso donde hay suficiente evidencia para “atornillar” en prisión a un agente de la ley que propinó la golpiza a una mujer, su esposa, porque si se habla de la concesión de juicios abreviados a acusados de delitos graves, es otra historia que también apesta. Aunque se puede argumentar que la decisión de Sígala Andrade es una decisión jurisdiccional, quizá sería bueno que tanto el Tribunal Superior de Justicia del Estado como el Consejo de la Judicatura del Estado se echen un clavado para revisar este asunto, porque de lo contrario queda el tufo de la corrupción.

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