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¿Ver los toros desde la barrera?

¿Será esta la última alternativa que nos han dejado nuestros políticos ante tanto desaseo, ante tanta falta de decoro y de ética?

¿Será esta la última alternativa que nos han dejado nuestros políticos ante tanto desaseo, ante tanta falta de decoro y de ética? El espectáculo dantesco que estamos presenciando los ciudadanos de Baja California de cómo se disputan puestos administrativos y políticos. Además, el “agua” se ha convertido en la manzana de la discordia en todo el estado, la división salta a la vista en los ayuntamientos. Se ha constituido un bloque a favor de que los municipios administren el vital líquido, bloque que apoya denodadamente al gobernador saliente. La única alcaldesa que está en contra es Norma Bustamante, presidenta municipal de Mexicali. Así como se han repartido concesiones, han enfatizado en establecer contratos fuera del periodo de gobierno que se acrecientan de tal forma que el que se va, no se quiere ir, e intenta a todas luces seguir medrando con los recursos públicos. La mayoría de los ciudadanos no están enterados de lo que está ocurriendo, otros lo saben pero no participan, o por temor a represalias o por ignorar la forma de participar. La sociedad está inerte a la deriva, no hay quien ponga orden. Si los encargados de dar seguridad y bienestar a la comunidad son los mismos que están incurriendo en todos estos excesos. Algunos enfrentamientos son directos otros no se ven, son disputas soterradas entre el que se va y la que entra. El uso faccioso de la justicia para imponer decisiones, aunque estén fuera de la ley han sido aplicadas. El gobierno federal no dice nada, ni interviene para poner orden y dar “un manotazo” a todos aquellos que están incurriendo en excesos. Al parecer, el vital líquido ha sido la punta de lanza de esta disputa, la rebatinga está en su mayor esplendor, las traiciones y deslealtades están a la orden del día. Para muchos políticos la coyuntura es idónea para deslindarse y plegarse al nuevo ungido. Los que antes apoyaron decidida y descaradamente lo están abandonando, la “puñalada trapera” está presente. La condición humana no cambia, es la misma que se repite cada que hay renovación de gobierno. El problema es que el que dejará el encargo no se resigna a perderlo y por eso intenta seguir gobernando tras bambalinas. Muchos habrán de cambiar de color, todos serán de Morena, aunque se hayan enriquecido en los gobiernos del PRI y del PAN, eso es cosa del pasado, hoy han renovado su espíritu para purificarse en el partido sacrosanto que les ha perdonado todos sus pecados. La redención está en Morena, no en el cielo, si quieren lavar sus culpas afíliense. Este instituto político está aglutinando a lo “más granado del pasado” están con el gobernante hoy y mañana estarán con otro. Los emisarios del pasado recorren las oficinas en busca del nuevo acomodo y hacerle reverencia a la soberana que pronto será coronada e intentarán ser parte de su Corte. El enfrentamiento está declarado entre el virrey y su majestad la reina. En noviembre arribarán al gobierno nuevos cortesanos, la nueva burocracia al estilo feudal glorificará a la nueva ungida que por designios del que habita y regentea “en Palacio Nacional” y su 4T habrá de purificar al estado para que sus tributarios trabajen y al pueblo bueno y sabio le vaya bien. Es evidente, la colectividad ignora que nos heredarán un adeudo estimado en más de 45 mil millones de pesos, mas muchos millones de pesos que se adeudan a los profesores del SNTE y cientos más que se adeudan por no haber liquidado a la CFE la energía eléctrica que se utiliza para bombear agua a la ciudad de Tijuana. La pregunta es ¿se quedarán los empresarios hoteleros, restauranteros y todos los prestadores de servicios y los consumidores domésticos del vital líquido sin decir nada? ¿Se sentarán a ver los toros desde la barrera? Las violaciones a la ley y el atentado a la propiedad privada, por decir lo menos, ha sido la marca de la casa, contrario al espíritu y fundamentos que le dan “vida” a la 4T y que con estas acciones terminan por dilapidar el capital político ganado en las urnas. El futuro de las actuales juventudes está en riesgo, hipotecar el erario a largo plazo es muy peligroso, a no ser que la nueva soberana tome cartas en el asunto y de un manotazo ponga orden en el estado. *- El autor es economista egresado de la UABC.

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