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Va de nuez

Durante toda su vida Donald Trump ha estado viviendo con escasas dificultades, y recibiendo beneficios con mucha facilidad, sin embargo, ahora se le presentan nubarrones que le nublan la vista y le ennegrecen el futuro.

Por el derecho a la libertad de expresión

Durante toda su vida Donald Trump ha estado viviendo con escasas dificultades, y recibiendo beneficios con mucha facilidad, sin embargo, ahora se le presentan nubarrones que le nublan la vista y le ennegrecen el futuro. El período en el cual sirvió en la presidencia de los Estados Unidos ha significado para él, más dificultades que beneficios logrados. Desde el inicio de su administración, llegó altanero, creyéndose todopoderoso e invencible. Su fama de agresivo e implacable, le sirvió para imponer algunas políticas agresivas y de escaso respeto a los derechos humanos, especialmente en lo que concierne a los migrantes. Les vendió a los estadounidenses y al mundo, la infantil idea de que un muro iba a detener la migración ilegal, pero se equivocó de cabo a rabo. Con el poder que adquirió, se negó a entregar sus declaraciones de impuestos, incrementando las dudas de que hubiera sido honesto al presentarlos. Ahora está en problemas pues se le está investigando formalmente. Sin embargo, ya se postuló para competir en las internas del Partido Republicano contra De Santis, por la candidatura de los conservadores, y no tiene muy buenos números.

Hay contra Trump investigaciones judiciales formales: la primera, aunque no en un orden oficial, es porque utilizó varias estrategias para que los resultados de las elecciones por la presidencia de su país, fueran anuladas, alegando que fueron amañadas y fraudulentas, y no reconoció el triunfo de Joe Biden; segundo, se llevó a su casa de Mar a Lago, documentos clasificados como confidenciales. También tiene señalamientos específicos sobre las acciones del 6 de enero, cuando algunos inconformes tomaron el Capitolio.

Los delitos son serios y la sociedad estadounidense espera que se anteponga la ley al interés específico de Trump, pues uno de los más grandes valores que tiene esta sociedad, es que nadie debe de estar por encima de las leyes. La presión interna crece y se manifiesta de diversas maneras, además, los ojos y oídos del resto del mundo, están atentos a lo que vaya a suceder.

Lo que no se puede negar tampoco, es que tiene un número importante de seguidores, en el partido y fuera de él, que pueden volver a apoyarlo e inicien el gran ruido que Trump espera que se escuche. Aunque muchos de los que lo apoyaron ya no le son fieles, esto no ha servido para que piense en retirar su candidatura. Por consiguiente, cada que puede reinicia sus campañas de aportaciones económicas, que siempre le dan excelentes resultados.

Por lo pronto, deberá contender en las elecciones internas del Partido Republicano, contra Ron DeSantis, gobernador de Florida, que acaba de ser reelegido para un segundo mandato. Aunque fue partidario y apoyó a Trump en su campaña, ahora se le presenta la oportunidad de competir por la candidatura con tan buenos números, que ya puso nerviosos a los demócratas. Su contrincante, D Trump, se encuentra bailando en la cuerda floja, con un perfil bajo y un historial de deshonestidades que apesta y le puede afectar fatalmente, y lo podría llevar a la cárcel, si la justicia estadounidense decide proceder legal y consistentemente.

La tendencia hacia la corrupción que el expresidente siempre ha manifestado y llevado a la práctica, tiene una aceptación en la parte de la población de este país, que refrenda la supremacía blanca, y menosprecia a los afroamericanos, latinos y al resto de las minorías. El impacto de este tipo de conductas provoca, sin embargo, una reacción de rechazo hacia la discriminación, que los invita a votar contra él y quienes comulguen con sus ideas. De allí que las comunidades latinas y afroamericanas, que son las minorías más grandes en USA, participen conjuntamente, contribuyendo con un número importante de votos y de aportaciones económicas a las campañas. El Partido Republicano ha intentado reclutarlos, pero sus esfuerzos no han fructificado, aunque no han sido en vano. Por consiguiente, la consigna natural de las campañas deberá reiterar la lucha por el reconocimiento, respeto y promoción de las minorías. Vale.

*El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC

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