Según el color del cristal con que se mira
A partir de los cambios de gobierno municipal y estatal, las promesas y propuestas electorales deberán transformarse en políticas públicas y en planes de gobierno debidamente sustentados.
A partir de los cambios de gobierno municipal y estatal, las promesas y propuestas electorales deberán transformarse en políticas públicas y en planes de gobierno debidamente sustentados. El desafío no es menor. Por tanto, una de las primeras tareas de la transición es determinar los elementos del marco institucional y de la administración pública sobre los cuales se puede forjar una nueva etapa de desarrollo. No se hará con “rollos”. Se hará con acciones.
La construcción de una alianza social permitirá elaborar una agenda común. Y esa alianza solo puede iniciarse desde las partes más altas de la estructura gubernamental. Sin un diálogo y consensos con los sectores productivos y ciudadano, se comenzaría mal. Ojo a los fanáticos: El compromiso es con México, no con su partido político o líderes.
Sin un diagnóstico y estrategia adecuada, quien asuma la función pública correrá el riesgo de ser atrapado por la inercia de los eventos estructurales y de coyuntura que se vive ahorita, que dicen que está mal y que aseguran mejorarán.
Por interés y por suerte, van dos o tres cambios de ayuntamientos, que de una manera o de otra, me toca ser observador o testigo de la transición. Incluso en el cambio del XX al XXI Ayuntamiento, con la cachucha de Tijuana en Movimiento, tuvimos la oportunidad de ser los testigos ciudadanos oficiales de tal acto. En ningún caso hubo mayor problema.
Pero ahora, llama la atención la cobertura en medios que se le ha dado a ciertas fricciones suscitadas en este cambio de gobierno municipal. Nunca había habido tanto “show”. Afortunadamente, desde mi punto de vista, veo que solo es espectáculo de muy pocas personas, solo en los escalafones más altos, y muy especialmente exaltados por los medios de comunicación que les gusta solo dar a conocer lo negativo.
Hoy, independientemente de los dimes y diretes de los jefes, en términos generales, no ha habido mayores contratiempos de los normales. En casi todas las dependencias, a quien quiera que se le pregunte de entrantes o salientes, dicen que, con mayor o menor eficacia, en general todo va aceptable. Conclusión: El cambio se dará se haya entregado lo que se haya entregado; y cualquier asunto que quede pendiente se resolverá por las vías administrativas y legales conducentes. Ya en cada cual estará si hacen barullo en sus acciones o no.
Lo que medio desespera, es que mientras unos tienen que estarse preparando para cumplir lo prometido y demostrar que efectivamente no son iguales que a los que reemplazan, otros siguen trepados en sus ladrillos queriéndonos dar clases de sabiduría y de la 4T. Lo que tienen que hacer independientemente de lo que les entreguen o no, es trabajar para mantener unida a la sociedad, tener claros visión y objetivos, y ser humildes. No habrá pretextos a excusas en materia de seguridad pública, transparencia y rendición de cuentas, y en el sistema de transporte.
* El autor es asesor administrativo, presidente de Tijuana Opina y coordinador de Tijuana en Movimiento.
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