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Quitemos la ideología a los libros de texto

“Libros de texto están diseñados bajo ideologías mexicanas, aunque no les guste a los clasistas” Daniel Fass, uno de los creadores de los libros de texto

Los que tenemos el privilegio de dar clases e intentar formar a las nuevas generaciones de la mejor manera posible, vemos con tristeza como se politiza, pero sobre todo, como se le pretende dar una carga ideológica a los libros de texto que serán la base para que nuestros niños y jóvenes adquieran conocimientos, pero sobre todo, una formación que les haga hacer frente a su propia realidad.

Para muchos nos queda claro que la educación es el medio más efectivo para que las nuevas generaciones aspiren a mejores condiciones de bienestar, pero no el bienestar que se pretende otorgar por parte del gobierno federal, que busca crear discapacitados para el trabajo, a través de regalarles dinero, ya sea como “jóvenes construyendo el futuro” o apoyos a madres solteras, o a adultos mayores.

Una verdadera educación, sin ideologías, hace que la persona conozca su medio, aprenda nuevas técnicas, conocimientos y destrezas y pueda contribuir a su sociedad, para hacerla más competitiva y ¿porque no?, generar riqueza, aunque eso les moleste a los fanáticos de la dichosa 4T.

El sesudo y brillante Marx Arriaga (Marx, no Max, con lo que se da uno una idea de la formación de sus padres), quien es director de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y responsable directo de estos libros y que de 2018 a 202 se desempeñó como director general de Bibliotecas Públicas en la Secretaría de Cultura, lugar donde se promueve la lector, ha dicho que la lectura por goce, “es un acto de consumo capitalista”, como queriendo decir que si lees, eres “Fifí”, pero si no lees por goce (sic), eres de la 4T. Mayor ridiculez no había visto, que un encargado de bibliotecas opine de esa manera.

Es claro que tampoco resultaría formativo tener libros de texto que alaben el capitalismo o peor aún, que promuevan alguna religión, que festejen el triunfo del panismo en el año 2,000 o el regreso del PRI en el 2012, por lo que es inaceptable que estos nuevos libros de texto afirmen que en el 2006 le robaron la presidencia a López Obrador.

En el pasado hemos tenido grandes errores en la elaboración de los libros de texto. Como ejemplo de lo anterior tenemos el caso de los Niños Héroes, que en 1992 cuando era Secretario de Educación Ernesto Zedillo, se le olvidó considerarlos en los libros de Historia de aquellos años y por lo tanto fueron literalmente descontinuados como héroes mexicanos. Caso similar le ocurrió al famoso personaje del “Pípila”, aquel que incendió la puerta de la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato y que ahora es un desconocido para la historia. Antonio López de Santa Ana por ejemplo ha sido catalogado por los libros de texto, sobre todo los oficiales, como un traidor a la patria, sin embargo uno no se explica porque tantas veces fue llamado a presidir el gobierno mexicano.

Ya una juez determinó el pasado 31 de julio que se debía suspender de manera definitiva la producción y distribución de estos libros, sin embargo, el presidente López Obrador ha dicho que los nuevos libros de texto gratuitos serán distribuidos para el ciclo escolar 2023-2024 pues “no hay ningún impedimento” legal que lo impida. “Los libros van a llegar para el inicio de clases, el día 28 de agosto. Van a estar ya los libros y no hay ningún juicio de amparo que impida el que se distribuyan los libros”, porque para él, la ley, no es la ley.

Los libros son perfectibles, pero lo que no se puede aceptar es imprimirle darle una ideología de acuerdo al gobierno en turno. Nuestros niños y jóvenes merecen respeto. Basta de ideologías. Ni Fifís ni Chairos.

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