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¿Qué nos pasa?

Qué tragedia la del sábado en San Luis Río Colorado. ¿Qué nos pasa? Escribo esto a horas de lo sucedido.

Qué tragedia la del sábado en San Luis Río Colorado. ¿Qué nos pasa? Escribo esto a horas de lo sucedido. El escenario: un bar donde se celebraba un concierto para conocedores locales del buen rock, era la banda Mitosis, tres de sus integrantes, Adrián Becerra, Ricardo Martínez y Aaron Hernández, guitarrista, baterista y saxofonista están entre las once personas fallecidas producto de un incendio provocado por un sujeto alcoholizado que acababan de correr del BeerHouse Cantina por molestar mujeres, regresó y prendió fuego en un instante al local. Abundan terribles videos de los asistentes que observan con pánico el infierno. Cuando esto se publique ya sabremos sobre el ejecutor y podremos entender, quizá, algo. Por lo pronto vemos la combinación de psicopatía, intoxicación alcohólica e impulsividad. Escribo esto con profundo respeto y afecto a las víctimas fallecidas y sobrevivientes, a sus familiares, a la familia rockera del noroeste, a toda la ciudad. Estamos consternados todos en la región. Para el mismo país es una noticia que dará vueltas al mundo, nos mostrará con una barbarie más, somos el país de las noticias internacionales con más actos barbáricos, es gravísimo. Encontré solamente un antecedente que tiene cierta equivalencia, el incendio de la discoteca Happy Land (1990): en la ciudad de Nueva York, un hombre llamado Julio González, después de tener una discusión con su ex novia que trabajaba en la discoteca, regresó al local con un bidón de gasolina. El incendio resultante mató a 87 personas. González fue condenado a 174 años de prisión. No hay mención al alcohol en ninguno de los sucesos que rápidamente investigué. En este caso veo el factor alcohol como algo central. Usualmente el alcohol se asocia a muertes en accidentes, en algunos casos a peleas, en este caso se trató de la venganza, un caso paradigmático de en quienes nos estamos convirtiendo. Las acciones temerarias son más frecuentes por la impunidad y el ambiente barbárico que tenemos. El alcohol alteró las emociones, aumentó la impulsividad, se desinhibió y dejó fluir la conducta más psicopática posible en ese momento en ese sujeto. El alcohol altera mucho la personalidad y las conductas, sin mencionar lo cognitivo. Si de alguna droga se habla poco es de esta, es la más mortal. Pero los borrachos no hacen ese tipo de barbaries, hay que tener cero empatía como para actuar y satisfacerse así. Para el mexicano es una herida más, de esas tan cotidianas como graves. No podemos seguir así, el camino estará lleno de atrocidades, colectivas e individuales, si no se identifican a los ciudadanos psicópatas y se les restringe y vigila antes de que actúen. Asunto difícil pero factible, sin proponérselo explícitamente en algunos países si se hace.

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