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Movilidad y transporte público

Cuando Tijuana llegue a sus 150 años de edad en 2039, tendrá más de 3 millones de habitantes.

Cuando Tijuana llegue a sus 150 años de edad en 2039, tendrá más de 3 millones de habitantes. Una ciudad con esa población no podrá funcionar de manera eficiente sin un transporte público eficiente que ponga al pasaje como el centro de su actividad y no el dinero y el poder político como lo es ahorita.

Lo que más urge es un transporte público masivo como podría ser un tren elevado que cruce la ciudad desde la frontera hasta Rosarito, y desde Playas de Tijuana hasta el Refugio en los límites con Tecate. También se ha vuelto muy alcanzable la alternativa de los teleféricos que dada la orografía de la ciudad pudiera ser una buena alternativa. Y a partir de este tipo de transporte construir las rutas necesarias para acercar a la población. Construir un tren subterráneo pudiera ser mucho más costoso que buscar alternativas en la superficie de la tierra.

Lo que vemos ahora es un transporte público desarticulado; con una variedad de rutas que responden a los intereses de los transportistas; con un parque vehicular viejo, sucio e inseguro; caro; con un exceso de unidades por mencionar solo algunas de sus características. Le pido al lector que cuente la cantidad de calafias que puede llegar a haber en una sola esquina mientras se hace un alto en luz roja. He llegado a contar 14, pero por si eso no fuera poco, lo más triste y preocupante es que ninguna de ellas tenía ocupada más de la mitad de su capacidad. Si puede llevar 10 no hay más de 5, si es un de 12 no hay más de 6 pasajeros, y así. Entonces tenemos demasiados vehículos que son innecesarios y que solo aumentan la contaminación, y generan un altísimo nivel de tráfico que nos afecta a todos haciendo más largos los tiempos de traslado.

Un transporte público elevado o teleférico no se construye en un solo trienio, se necesitan muchos más. Si empezamos ahorita a hacer un plan de movilidad para la ciudad donde se contemplen estos sistemas modernos, podríamos pensar en que el siguiente trienio convoque a las licitaciones que forzosamente serían internacionales, para que se inicie la construcción y podamos tenerlo concluido en unos 8 años. Normalmente a los mexicanos nos cuesta trabajo pensar en esos tiempos más allá de nuestros períodos de gobierno, pero es necesario que alguien lo haga para que empecemos a desarrollar hoy, el transporte público que queremos tener cuando Tijuana cumpla 150 años. No tarda en llegar la fecha, en este y otros temas, hay que empezar hoy mismo.

*El autor es Presidente de la Fundación EduPaz.

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