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Minuto de Silencio

Somos lo que hacemos

Nos hemos convertido en el país del minuto de silencio, en el que las autoridades aseguran que no habrá más impunidad, que ahora sí el castigo será ejemplar, en el que el estado de derecho es una mera ilusión; no hay país en donde se procure el bienestar de su gente si la ley no es pareja para todos. En el nuestro la “justicia es para los que la pueden pagar”.

Baja California no es la excepción, no lo será mientras que los diputados de nuestro congreso sigan nombrando a magistrados que terminan por retribuirles el “favor de su nombramiento”, o, ¿Hay alguien en su sano juicio que no piense que los diputados incurren en un claro conflicto de interés al nombrar magistrados y litigar con ellos asuntos de su ámbito privado?, por ello les vale un pepino que nuestros tribunales estén evaluados en el lugar 29 de 31 estados, es correcto, nuestro estado es el tercer peor lugar para que alguien reciba justicia.

Lopez Obrador ha actuado en contra de los intereses de los que aquí vivimos en varias ocasiones, tristemente los políticos que nos gobiernan, al igual que en el pasado, no han tenido ni los pantalones ni el verdadero interés por nuestra gente para anteponerlo al suyo, por ello la “consulta de Constellation” o la idiotez de la contrareforma eléctrica; los diputados federales por nuestro estado han votado siguiendo la lógica de su partido, no la de nuestra gente, su ruta es la de obedecer el mandato de MORENA no el beneficio de nuestro estado, las disminuciones presupuestales a programas destinados a seguridad pública parecen no ser parte de sus preocupaciones; en la agenda estatal, los diputados que votaron para que Bonilla se quedara 5 años de manera ilegal en el gobierno hoy pertenecen al círculo más cercano de la gobernadora; lo dicho antes, lo que los mueve es un oportunismo monumental; procuran su bienestar, rara vez el de nuestra gente.

La presencia del ejército es necesaria en vastas regiones del país en las que la policía municipal es prácticamente nula y en las que adicionalmente la sociedad ha sido pasiva y cómplice de omisión de la delincuencia organizada, ejemplos de su colusión son un fenómeno difícil de explicar.

Nuestro estado no requiere al ejército en la calle, de manera contraria los diputados federales han votado en contra de nuestros intereses al apoyar la propuesta del presidente, Baja California, no es Chiapas, no somos Guerrero ni Michoacán, nuestro estado lo que requiere son recursos para que nuestras corporaciones policíacas estén mejor equipadas, tristemente ni en el gobierno estatal ni en los municipios han dicho esta boca es mía. Requerimos de policías capacitados, no a militares patrullando las calles para terminar siendo humillados por el saludo presidencial a la mamá del chapo o cuando el “pueblo bueno” los saca a pedradas de las comunidades compradas por el crimen organizado. Los militares no son el remedio; construir el estado de derecho sí.

P.D. Nuestra aduana, dirigida por un militar que no tuvo ni tiempo ni la empatía de atender a la Cruz Roja para explicarle lo que un grupo de médicos norteamericanos hacen por nuestra gente dos veces al año, es el responsable de que este fin de semana 100 mexicalenses no fueron operados gratuitamente de paladar hendido y labio leporino; ¡Viva la cuarta transformación!

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