López-Gatell
El miedo es una reacción natural frente al peligro.
El miedo es una reacción natural frente al peligro. Es el riesgo de que te lleve la corriente de la inundación Covid, parte la vida o la vida misma. La sensación de perder un par de años, ojalá, de vida normal puede generar pánico, enorme “daño colateral”. Los viejos le tememos al coronavirus, los jóvenes a la pérdida de tiempo y oportunidades, inclusive de perder lo logrado. Es una realidad inevitable, terreno fértil para cometer errores o para sacar provecho de río revuelto. El miedo ante un presente lleno de noticias falsas y de una incertidumbre sobre el futuro. Optimistas hablan de la vacuna de fin de año, pesimistas hablan de más de diez años para recuperar el punto en que nos quedamos inaugurando el 2020. Veo con mucho gusto como las grandes religiones han tomado medidas sanitarias, me apena ver quienes manipulen el miedo. La reciente carta de gobernadores de oposición pidiendo la renuncia del Dr. López-Gatell es indignante. Si hay diferencias en cómo manejar el semáforo, más vale que sea una única la orden, es centralizar y regresar la información. Atacar a una persona significa descalificar a lo mejor de la ciencia mexicana coordinada y haciendo un papel ejemplar. Sus razones tendrán para exponerse diario a un reporte y cuestionamiento. Lo cierto es que esta no está dando suficiente claridad por la gran cantidad de información que ofrecen sus conferencias de prensa, la gente se pierde. Es fácil encontrar fallas pronósticas, lo raro sería que no las hubiera. El comportamiento de la pandemia domina sobre las medidas que los humanos podamos tomar ante ella. La pandemia es caprichosa, social y clínicamente es un crucigrama. La respuesta gubernamental no es la receta del Dr. López-Gatell como lo quieren presentar, es la receta de un gran grupo de expertos que hacen consenso a cómo responder a la historia natural y social de la enfermedad. Es una enfermedad nueva y estamos aprendiendo sobre la marcha, la meta es sostener el menor número de infectados y muertes por lo menos hasta el siguiente verano donde seguramente empezaremos a tener alternativas preventivas o terapéuticas. Lo acusan de politizar la salud, la paradoja es que es justamente lo que están haciendo los firmantes. Piden renuncie para poner a un experto y humilde, vaya paradoja. Esto debe empoderar al subsecretario, ser señalado por ellos es como para darle un voto de confianza. Lo está manejando elegantemente, rara vez lo han hecho perder un poco los estribos. Hablan de fallas de estrategia y de omisiones, pero no las señalan. Cierran su carta afirmando que el gobierno le está fallando a México. Vaya oposición, me recuerda el trastorno oposicionista desafiante.
* El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.
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