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Lenguaje Sexista, ¿hasta dónde nos llevará?

El perro es el mejor amigo del hombre”, deberá de cambiar por algo así: el perro y la perra son el mejor amigo y la mejor amiga del hombre y la mujer”.

Continuando con el tema de las mujeres y a propósito de todas las actividades que se llevan a cabo en este mes de marzo, vale la pena apuntar que efectivamente durante muchos años ha existido un abuso y discriminación hacia las mujeres en todos los aspectos y en todos los sectores de la sociedad, basta recordar que fue hasta el 3 de julio de 1955 en que por primera vez que la mujer mexicana emite su voto en unas elecciones federales a fin de integrar la XLIII Legislatura, sin embargo, en los últimos tiempos se ha abusado del concepto de equidad de género.

Hoy en día estamos llegando a extremos como la aberrante cuota de género, que “cosifica” a las personas y como si habláramos de tomates o manzanas en una canasta, establecemos una cuota para equilibrar la cantidad de fruta o verdura que llevaremos en dicha canasta, en lugar de pensar en inteligencia o preparación como elementos para elegir a determinada persona sin importar si es hombre o mujer.

El tema del lenguaje ha sido peor, pues rompe todas las reglas gramaticales en aras de la equidad de género, sin embargo, esa equidad también debería incluir a la comunidad LGBTT y porqué no incluir también a las personas con capacidades diferentes que hacen un gran esfuerzo por luchar contra los estigmas que nuestra prejuiciosa sociedad les impone, pero también abarcar a los de distintas etnias y desde luego a las personas de diferente color de piel.

Todo esto me hace recordar aquella canción que hizo famosa el grupo sesentero “Up With People” titulada:

¿De qué color es la piel de Dios? Y que hablaba del hecho de que todos somos iguales, cosa que con los absurdos de la equidad de género se genera una confusión innecesaria y absurda.

Esa promoción malentendida de la equidad ha llevado a muchos políticos a evitar lo que han llamado un “lenguaje sexista” y por eso ahora tenemos el ridículo de que para todo debemos referirnos a diputadas y diputados, presidentas y presidentes y llegaremos al extremo de hablar de dentistas y dentistos o pacienta y paciente, limitando nuestro rico lenguaje a las tonterías de unos cuantos trasnochados que dañan el español.

En el colmo de la ridiculez, el Consejo Nacional para prevenir la Discriminación (Conapred), ha elaborado el documento titulado: “10 recomendaciones para el uso no sexista del lenguaje”, para enseñarnos a hablar y por ejemplo que en lugar de decir de: Niños de la calle, debemos usar: la gente en situación de calle , o hablar de las y los ciudadanos, las y los políticos, etc. y como olvidar aquella iniciativa de ley que se presentó en el Cámara de Diputados, por medio de la cual pretendían cambiarle el nombre a esa institución por la de “Cámara de Diputados y Diputadas”.

Mención aparte merece la discusión bizantina que se suscitó en torno al lema de la querida UABC, al cambiarlo por “la realización plena del ser” que es tan incluyente que considera a todo ser vivo, como vegetales, animales, hongos, algas o bacterias.

El problema no es el lenguaje, sino respetar a todos por igual independientemente de su sexo, preferencia sexual o discapacidad, pues eso solo es el cascarón.

*- El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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