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Las peligrosas declaraciones de Greg Abbott

Basta con que un hombre odie a otro para que el odio vaya corriendo hasta la humanidad entera.” Jean Paul Sartre

Se trata de un tema electoral que el gobernador de Texas ha sabido explotar muy bien, por lo que hablar del odio hacia los indocumentados, le ha representado miles de votos, al puro estilo de Trump.

El gobernador Greg Abbott, quien pertenece al Tea Party, una de las alas más conservadoras del Partido Republicano, se ha lanzado esta semana en una lucha en contra de indocumentados que incluye el envío de cientos de soldados de la Guardia Nacional a la frontera para evitar su cruce a Estados Unidos y ya prepara una ley que permita: “detener a estas personas en la cárcel por un delito grave o, como alternativa, devolverlos a México”, pero además busca penalizar con un mínimo de diez años de cárcel a quienes ayuden a “esconderse” a los indocumentados.

Su odio racial es tal que tan solo el año pasado envió a alrededor de 10,000 migrantes detenidos en su territorio hacia Washington, Nueva York y Chicago y el 15 de septiembre pasado le envió dos autobuses con migrantes a las cercanías de la residencia de la vicepresidenta Kamala Harris, a quien Biden encargó el tema migratorio, burlándose de los resultados obtenidos.

Parece mentira que en un estado con alta población migrante, elijan a gobernantes xenófobos, como Abbott, el cual derrotó en 2018 a la candidata demócrata Lupe Valdez, gracias al 42% del voto hispano y 16% de los afroamericanos que recibió en campaña, ya que muchos paisanos lamentablemente al obtener su ciudadanía norEl teamericana, reniegan de sus orígenes.

Haciendo un poco de historia, vale la pena recordar que hace 178 esas tierras de Texas nos pertenecían, pero años atrás fueron invadidas primero por Moses Austin, quien presentó en 1819, una solicitud al gobierno español todavía, para que les diera oportunidad de trasladarse a Texas con un grupo de norteamericanos para emprender una nueva vida en ese sitio. Una vez consumada la independencia de México, su hijo Stephen F. Austin, a quien conocen en Estados Unidos como “el padre de Texas”, continuó con el sueño de su padre.

Austin hijo, logró que se aprobara una ley que otorgaba tierras a los que colonizaran esas latitudes, llegando al extremo que en 1836 cuando se inicia la guerra de Texas, había 10 colonos de origen estadounidense, por cada mexicano.

Esto era consecuencia de la ambición desmedida de Austin que entre 1821 y 1823, publicaba avisos en la prensa del sur de Estados Unidos buscando familias interesadas en establecerse en su colonia, con la posibilidad de obtener grandes cantidades de tierra a un precio que equivalía a una décima parte de lo que costaban en Estados Unidos.

El Crecimiento de inmigrantes fue tal, que el gobierno mexicano aprobó en 1830, una ley que prohibía la llegada de más inmigración a Texas, cuestión que provocó la independencia de Texas en 1836 y su posterior anexión a Estados Unidos en 1845.

Lo que el gobierno mexicano trató de impedir en 1830 para preservar su territorio, ahora lo trata de impedir Greg Abbott pero en sentido contrario. Algo así como el famoso Karma que se ha puesto tan de moda.

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