Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Tijuana

La importancia de la Investigación científica y el desarrollo tecnológico en las Universidades e Instituciones de Educación Superior

Existe una alta relación (o correlación como se denomina en estadística) entre la inversión en investigación que realiza un país y su crecimiento y desarrollo económico y social.

Existe una alta relación (o correlación como se denomina en estadística) entre la inversión en investigación que realiza un país y su crecimiento y desarrollo económico y social. Es decir, los países que más crecen son los países que más invierten y por ello en el futuro seguirán creciendo, lo que se denomina un círculo virtuoso. Los países más desarrollados destinan entre 2.5 y 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a la investigación científica y el desarrollo tecnológico (R&D por sus siglas en inglés). ¡La nación de Israel invierte el 4.5 por ciento de su PIB!

En México desafortunadamente se tiene un círculo vicioso, el país no crece ni alcanza su potencial, porque no invierte en ciencia y tecnología (CyT), y por ello seguirá creciendo a tasas mediocres en el futuro. A pesar de que la ley de ciencia y tecnología establece que deberíamos invertir el 1 por ciento del PIB, sólo invertíamos menos de la mitad, el 0.4 por ciento del PIB en promedio anual. Pretextos hay muchos, debemos destinar los recursos a disminuir la pobreza en lugar de CyT. Desafortunadamente, los pobres, lejos de disminuir, han crecido.

La cadena de valor del conocimiento es como sigue: un mejor sistema educativo nos lleva a una mayor base desde donde se van a generar científicos y tecnólogos. Una mayor cantidad de científicos y tecnólogos resolverá una mayor cantidad de problemas y generará una mayor cantidad de innovaciones que son bienes y servicios aceptados por el mercado. Lo que se traduce en mayores niveles de creación de riqueza y bienestar.

De acuerdo con el Banco Mundial en 2020: México contaba con 349 investigadores por cada millón de habitantes. Para poner esto en perspectiva, Estados Unidos contaba con 4,821 investigadores por cada millón de habitantes (casi 14 veces más); Alemania 5,393 investigadores (15.45 veces) y Japón, 5455 investigadores (15.6 veces).

¿Qué son potencias y no debemos compararnos? En la década de los 60s Corea del Sur estaba destruida y era muy pobre mientras que México gozaba de crecimiento en lo que se conoció como el milagro mexicano. Ahora Corea del Sur tiene 8,714 investigadores por cada millón de habitantes ¡25 investigadores coreanos por cada investigador mexicano! Esa es la razón por la que Corea del Sur es una potencia tecnológica y con un tercio de la población en comparación con la población mexicana, y en una pequeña península tiene un PIB nacional mayor al mexicano.

Son asiáticos dirá algún cínico y nosotros latinoamericanos. Brasil tiene 888 investigadores por cada millón de habitantes (2.5 veces comparado con México) y Chile 510 investigadores (1.5 veces).

Un país que no invierte en proyectos de ciencia y tecnología es un país que está condenando a las generaciones futuras a menores tasas de crecimiento económico, menores niveles de productividad y menores salarios e indicadores de bienestar.

De la misma forma, así como los países más desarrollados tienen un compromiso serio con la investigación científica y el desarrollo tecnológico (R&D), las mejores universidades de los rankings internacionales son las que destinan una mayor cantidad de los recursos que administran a la investigación y desarrollo. Necesitamos un mayor esfuerzo de todas las universidades del país para que su presupuesto en este rubro sea creciente e irreductible de un presupuesto anual a otro.

Si en 1976 alguien hubiera señalado que en un futuro lejano como por ejemplo en el año 2020 habría una pandemia y que China produciría junto con otras potencias económicas, vacunas para salvar a millones de personas, quizás se hubieran reído de esa persona ya que era más probable que dichas vacunas vinieran de México que en ese momento se encontraba en el preámbulo de la primer crisis económica mexicana y estaba teniendo un periodo de crecimiento económico en donde nos estrenábamos como potencia latinoamericana con las olimpiadas de 1968 y los mundiales de futbol. Mientras en China morían millones de personas por hambrunas en un país rural en extrema pobreza y poco productivo.

Ya sabemos la historia, China logra sacar de la pobreza a 800 millones de habitantes y es la segunda potencia mundial, mientras que México incrementa su proporción de pobres y bajó de la posición 10 a la 14. ¿Cuál fue la diferencia? La voluntad y el compromiso para que gobierno, empresas y universidades aumentaran las inversiones en I+D (Investigación y Desarrollo).

En México, no se invierte lo suficiente y toca a las universidades justificar y educar a la población para que exija a los gobernantes mayor presupuesto a educación, ciencia y tecnología, además de hacer lo propio con la gestión de sus recursos, en donde invierta en infraestructura como laboratorios y genere los incentivos para que aumente el interés por parte de la planta docente para realizar actividades de investigación como son mayores presupuestos a proyectos de investigación y desarrollo tecnológico como proporción de su presupuesto total.

En esta nota