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Jóvenes: Son nuestra mejor esperanza

El mundo y nuestro pedazo de continente en Norteamérica, además de ser el epicentro de la crisis de salud relacionada al COVID-19, vive momentos de convulsión política, económica y social.

El mundo y nuestro pedazo de continente en Norteamérica, además de ser el epicentro de la crisis de salud relacionada al COVID-19, vive momentos de convulsión política, económica y social. Entre la intencional división ideológica de pobres vs ricos, de migrantes ilegales contra ciudadanos, conservadores versus liberales y toda la gama de disparates que, desde sus púlpitos, Twitter y otros medios propagan los líderes de México y EUA, ahora surge en éstos últimos una renovada reacción ante los abusos policiales, dirigidos hacia afroamericanos. Estos jóvenes idealistas se han organizado y han reaccionado con manifestaciones en las calles y redes sociales exigiendo justicia expedita y el fin del abuso policial. Como ya es común en el país del norte, grupos extremistas de izquierda y derecha salieron también a la calle a contrarrestar las manifestaciones pacíficas provocando la reacción de las autoridades con saqueos y violencia generando caos en varias ciudades con el objetivo de desvirtuar las verdaderas razones que provocaron el descontento social.

Aquí en la frontera, donde empieza la patria y se mezclan las culturas de dos países abismalmente diferentes, nos unen perjuicios y esperanza. Me atrevo con autorización de mi hija Viviana de 16 años, a publicar un post que hizo en días recientes con otra perspectiva que te hará reflexionar:

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En México más de la mitad de los ciudadanos se consideran morenos, sin embargo somos un país increíblemente racista. Debemos admitir que ser blanco aquí te pone en una situación de privilegio, pues más del 60% de los blancos se encuentran en el 20% más rico del país, tenemos el triple de posibilidad de recibir educación superior, y tenemos casi el doble de posibilidad de ascender a un puesto directivo. Y ser privilegiado no es un problema, pero lo que sí lo es, es no reconocerlo y no usarlo para algo positivo. Hay muchas ocasiones de micro racismo que están tan normalizadas que a veces ni las notamos, y podemos empezar por notarlas. Cuando vas al extranjero y te dicen que “no te ves mexicano”, no lo tomes como cumplido, hazles saber con orgullo que los mexicanos somos hermosos.

Cuando le des un trato digno a la trabajadora doméstica, no lo presumas ¿pues qué tiene de especial tratar a alguien con el respeto y dignidad que merece?

Cuando alguien te diga frases como “cásate con un blanco para mejorar la raza” confróntalo ¿pues qué tiene de malo ser moreno?

La verdad es que todos los días hay oportunidades por mas pequeñas que sean para ir desnormalizando el racismo en México, tomémoslas. Es excelente iniciativa apoyar al movimiento BLM pero tampoco olvidemos que no podemos dar algo que no tenemos, y en México no tenemos igualdad racial.

* El autor es arquitecto tijuanense, pro ciudades compactas.

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