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Harry Crosby: explorador de nuestra península

Para Harry Crosby, como investigador y fotógrafo, Baja California es tanto un objeto, una ubicación, un mapa y una imagen

Para Harry Crosby, como investigador y fotógrafo, Baja California es tanto un objeto, una ubicación, un mapa y una imagen. Sus indagaciones siempre las ha acompañado con fotografías que iluminan sus búsquedas y hallazgos, que nos ofrecen un acercamiento veraz a nuestra península como patrimonio de la humanidad. Los libros que constituyen su obra son fundamentalmente de temas bajacalifornianos: The Call to California. The Epic Journey of the Portola-Serra Expedition in 1769 (1968), The Cave Paintings of Baja California (1975), Last of the Californios (1981), Antigua California. Mission and Colony on the Peninsular Frontier, 1697-1768 (1994) y el ya mencionado Tijuana 1964 (2000). Sus aportaciones van desde el muestrario del arte rupestre en la península hasta los rancheros bajacalifornianos que son reservorios vivos de la historia de Baja California, sin olvidar los vestigios de nativos y occidentales que le han dado rostro e identidad a nuestra península a lo largo de los siglos. En un reportaje de Karen Kenyon (Los Angeles Times, 12-IV-1987), Ken Hedges, curador del Museo del Hombre, decía que los libros de Crosby “son narrativas personales que te agarran y te llevan consigo. Su libro sobre el arte rupestre de Baja California es la Biblia para la gente interesada en esta clase de pinturas. Él es un pionero real. Él solo ha hecho más que nadie para mostrar esta área del saber”. Y la arqueóloga Therese Muranaka afirmaba que Crosby ha “unido el trabajo del historiador con el del arqueólogo. Mientras muchos investigadores han detenido sus estudios en la frontera, él la ha cruzado con confidencia y ha hecho muchos buenos amigos entre los residentes de México y de Baja California. Y aunque no es común entre turistas e investigadores, él trata con respeto a la gente con la que trabaja mientras hace su labor académica. Es una persona que comparte sus descubrimientos sin problema. Si te puede ayudar, te ayuda.”

Cuando Harry Crosby dio comienzo su peregrinaje por Baja California no lo hizo como un viajero más que aprenderá en el camino los conocimientos necesarios para entender los lugares que recorría. Antes se puso a revisar la bibliografía existente, a prepararse a conciencia sobre los sitios que iba a explorar y la historia que iba a descubrir con sus propios ojos. Cuando se puso a indagar sobre la historia bajacaliforniana en la Biblioteca Bancroft de California, se percató que los libros hablaban de nativos, conquistadores, misioneros y oficiales reales, pero pocas veces mencionaban la vida y trabajos de los colonos: soldados, mineros, pescadores, artesanos, herreros, carpinteros, artesanos y vaqueros. Y mucho menos se referían a sus familias, a sus esposas e hijos. Por eso Crosby ha expresado que las misiones ya no existen, los indígenas casi han desaparecido, pero los descendientes de esos mestizos, de esos trabajadores sin pedigrí a lo largo de Baja California, siguen siendo la columna vertebral del poblamiento peninsular. Su historia no está visible en grande murales en las rocas o en edificios misionales, sino en modestas casas de adobe, en rancherías, en campos de cultivo, en senderos antiguos, donde hicieron sus vidas frente a un paisaje inhóspito, en una tierra que nunca ha dado nada sin trabajo arduo y constante. La historia de estos californios es el árbol genealógico de las Californias. Ellos representan la historia viva que mejor cuenta nuestro pasado y lo vincula con nuestro presente. Tal es la labor que ha llevado a cabo Harry Crosby: recordarnos que Baja California no es el espejismo del progreso que tantos creen, ni nuestras ciudades contaminadas, que dan la espalda a la naturaleza, un ejemplo a seguir. Nuestra península es una hazaña hecha, generación tras generación, con enormes sacrificios individuales y comunitarios, con la obstinación del que se aferra a la tierra que le da pertenencia e identidad.

Crosby es un viajero que no sólo rescata los conocimientos esenciales sobre nuestra península, también se dedica a comprender a los bajacalifornianos como sujetos históricos que han dejado su marca en el mundo. La suya es historia que se camina, pasado que se recorre en su polvareda de imágenes, en su horizonte de convivencia, para aprender de los pobladores de nuestra región sus métodos de adaptación, sus formas de supervivencia. Esos saberes tan antiguos y tan preciados que Harry comparte con nosotros.

*- El autor es escritor, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

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