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Cultura mata estrategia

“No hay nada más inútil que hacer eficientemente algo que no debería de haberse hecho”.Peter Drucker

Peter Drucker, famoso gurú del management, tenía una frase que recalca la importancia de la cultura en una empresa: “la cultura mata a la estrategia en el desayuno”. Puedes tener la mejor estrategia, las mejores ideas, las mejores herramientas, pero si el modo de hacer las cosas nos es el apropiado (cultura) de nada te servirá. Y este es el caso de Robert Swan, director general de Intel, la empresa que fabrica chips para computadoras, y con más de cien mil empleados en el mundo. Hace un año lo nombran en el puesto, y se da cuenta de que la empresa no jala como debiera.

¿Qué hace?

Swan explica que ha realizado tres cambios, mismo que le han servido a Intel, y que nos pueden servir en nuestra propia empresa y a nivel familiar o personal.

El primero de ellos es: una cultura de transparencia. Cuando eres transparente pones sobre la mesa el problema oculto que hay. Cuando hay transparencia las personas se animan a comentar y participar. Y que cuando surjan las diferencia se sientan con la confianza de externarlas. A nivel familiar que interesante que los hijos abiertamente puedan contar sus inquietudes a sus papás, y que éstos no se asusten cuando las oigan.

Y cuando un líder es transparente el empleado entiende mejor el porqué de una decisión que se ha tomado y por lo tanto se adhiere a ella.

Compartir información

Swan se da cuenta de que muchos de los directivos acaparan información y no la comparten, por una razón: para seguir teniendo el control del personal a su cargo. Y un líder que acapara información no es de confiar.

En el plano personal diríamos que importante es compartir nuestra ideas, compartir información, y estar abiertos a personas con ideas y modos de pensar diferentes al nuestro, es uno de los mejores modos de enriquecernos con aspectos nuevos o en su caso de confirmar los que ya tenemos. La frase “siempre lo hemos hecho así...” no es muy apropiada que digamos.

Más agilidad

Imaginen la burocracia que puede haber en una organización con más de cien mil empleados. Swan opta por una cultura de mayor agilidad, y sugiere acortar al mínimo las juntas en la empresa; los empleados se les conmina a que inicien sus reuniones listando lo que está mal, en lugar de lo que están haciendo bien, y así más rápido abocarse a resolver la problemática. También lleva a delegar más responsabilidades en los empleados para que ellos puedan tomar decisiones al respecto de la problemática que atienden y las puedan implementar.

Esta nos recuerda la importancia de que a los hijos los eduquemos para que sean responsables e independientes lo más pronto posible. No hay nada más atractivo para un padre de familia que darse cuenta que su prole pueda salir adelante sola.

Conclusión estimado lector: creo que algo podemos aprender de la estrategia de cambio cultura de Intel, y nos da la impresión que hubo algunas razones por las que nombraron a Robert Swan director general. Por lo pronto poco más de cien mil individuos estarán muy agradecidos.

*- El autor es socio del Despacho Asesores Ballesteros.

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