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Cómo ser una ciudad emprendedora

No hay fórmula exacta para crear un ecosistema empresarial, solo recomendaciones y buenas prácticas para aprender de ellas.

No hay fórmula exacta para crear un ecosistema empresarial, solo recomendaciones y buenas prácticas para aprender de ellas. Lo único que no debe fallar es un gobierno abierto, equitativo y consciente, pero justo ahí es cuando la puerca tuerce el rabo.

Los gobiernos alrededor del mundo reconocen al emprendimiento como un vehículo transformador de la economía y de la sociedad, sin embargo, casi todos realizan acciones (de buena voluntad, supongo) para intentar emularse a sociedades como Silicon Valley o Tel-Aviv olvidando que cada sociedad cuenta con realidades únicas.

Daniel J. Isenberg, es muy claro cuando fija 9 recomendaciones para que todo gobierno, sin importar si es local o nacional, lleve a cabo y pueda generar un ecosistema emprendedor sano. Estas son:

1.- Dejar de copiar a Silicon Valley. Por más que suene como un sueño, el éxito de Silicon Valley se debió a características únicas de su entorno como la cultura abierta y política migratoria liberal de California, la solidez académica de Stanford University, la industria aeroespacial consolidada 20 años atrás, los inventos y patentes de científicos locales, el acceso a capital, entre otros.

2.- Perfilar al ecosistema de acuerdo a sus características. Lo que hay que hacer es estudiar las vocaciones de cada localidad, analizar su potencial verdadero, visualizar si hay mercado para ello y alinear una serie de políticas públicas que detonen un crecimiento mucho más enfocado en su realidad.

3.- Involucrar al sector privado en todo momento. Los gobiernos no pueden construir ecosistemas emprendedores por sí solos por varias razones; son temporales y están diseñados para administrar, no para generar. La iniciativa privada sí y por eso el trabajo en equipo es clave.

4.- Favorecer a quienes tienen potencial. Se que suena duro y crudo, pero se logan más impactos positivos cuando se impulsa primero a quienes tienen potencial de crecimiento en lugar de apoyar a muchos que solo lograrán, a lo mucho, generar autoempleo. El chiste de crear un ecosistema emprendedor es justamente la detonación de empleo y desarrollo de oportunidades para muchos.

5.- Basta con uno. Sí, basta con lograr un gran éxito como para estimular a otros a emprender, ser creativos, generar conocimiento y desarrollo.

6.- El problema también es cultural. Los medios de comunicación juegan un rol importante en esto, son ellos quienes puede asumir el reto de cómo transformar una sociedad percibe a sus emprendedores, especialmente en aquellas donde sus gobiernos los señalan como rapaces, fifís o parte de la mafia del poder.

7.- Esto es de largo plazo. Es imposible detonar un ecosistema emprendedor en un trienio o sexenio, lo que sí se puede. es sentar bases profundas a través del fortalecimiento a incubadoras, aceleradoras y asignar capital semilla para generar una cultura financiera sólida a través de clubes de inversionistas y fondos de apoyo a emprendedores.

8.- Nada por la fuerza. Los gobiernos pueden ayudar a que crezcan los esfuerzos colectivos como los clúster, cámaras y organizaciones, la clave es que el crecimiento se logre de forma orgánica, al ritmo de cada sociedad, nada con esteroides ni para la foto.

9.- Reformas profundas. Tal vez el legado más importante sea este; generar reglas claras y justas de tal suerte que exista certidumbre para que todo inversionista o creativo quiera dejar sus conocimientos y patrimonio en la ciudad.

¿Difícil? No lo creo, ya nos pusieron el ejemplo en Chile, Corea del Sur, Malasia, Ruanda, Irlanda, Barcelona, París, Medellín y Santo Domingo, entre otras. ¿Qué nos falta en México?

* El autor es Director de Testa Marketing, investigación de mercados.

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