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¿Cómo gobierna Marina?

En Baja California, con los gobiernos de Morena pasamos del radicalismo de Jaime Bonilla a la frivolidad de la gobernadora Marina del Pilar Ávila.

En Baja California, con los gobiernos de Morena pasamos del radicalismo de Jaime Bonilla a la frivolidad de la gobernadora Marina del Pilar Ávila. Hasta ahora el partido de López Obrador no ha podido construir un buen gobierno en la entidad. Desde 2019 lo que priva es el desorden, la falta de proyectos de largo alcance y la más completa ineficiencia gubernamental.

Se pensaba que con la llegada de Marina del Pilar las cosas iban a mejorar, pero han empeorado. En esto ha sido decisivo la inexperiencia de la gobernadora, su falta absoluta de liderazgo político, la falta de un gabinete eficaz, pero también ha sido determinante el papel de comparsa que le asignaron desde el centro del país.

Marina va y viene a la CDMX, hace campaña por las corcholatas y le prepara el camino a Claudia Sheinbaum, después de haber errado en su decisión. La gobernadora organiza y acarrea gente para los actos proselitistas de los candidatos de Morena. Firma desplegados, se pronuncia en contra del INE y de la Corte, y se aparece en toda reunión en donde sea necesario. La gobernadora hace lo que se le pide.

En su tormentosa relación con el exgobernador Jaime Bonilla también hace lo mismo. Bonilla le ha declarado la guerra, pero la gobernadora guarda silencio, aguanta los golpes porque así le indicaron en la Ciudad de México. Esas son las indicaciones de Obrador que le debe muchos favores a Bonilla.

Por eso en BC Morena parece un pato cojo. Para gobernar y tomar el control del aparato de gobierno Bonilla desestabilizó todo, atacó a los empresarios y al PAN y se metió en problemas con medio mundo. Terminó su mini gobierno en medio del caos y con amenazas de demandas legales. Después, para continuar en la lucha, se hizo miembro del PT y desde ahí conjura contra la gobernadora.

¿Qué hizo Marina? Nada, siguió las órdenes del centro. Le dio a su esposo Carlos Torres el control político de la entidad y ella se ha dedicado a brindar apoyo al gobierno federal, a sonreír y hacer todo tipo de actos divertidos para TikTok y las redes sociales.

Su relación con algunos alcaldes y alcaldesas es pésima, especialmente con la presidente municipal de Tijuana. Los ayuntamientos están en la penuria, todas las ciudades del estado están deterioradas, con las calles sucias, intransitables, ciudades dominadas por los grupos de la delincuencia organizada. El fenómeno no es nuevo, pero nunca las cosas habían estado en esta situación tan lamentables.

¿Qué hace la gobernadora? Prepara, seguramente, su siguiente movimiento. Como lo escribí en mi libro desde hace un año (Morena en BC: un cambio sin cambio), Marina está más interesada en migrar al gobierno que formará la próxima presidenta de Morena (si triunfa, obviamente) que continuar aquí con su menguado gobierno. Sería algo más importante que seguir así como hasta ahora. Así ha sido su carrera y su trayectoria política.

Desde el gobierno presidencial ampliaría su horizonte por más tiempo (hasta 2030, por lo menos), lo cual es mejor que quedarse en medio de cientos de problemas, aguantando el aguijón de Bonilla, cargando con el lastre de su esposo que la vincula al panismo y sus antecedentes en ese partido. Aquí en BC su gobierno ya no se va a enderezar. Todas las vías están cerradas por su falta de perspectiva política.

Dicho todo lo anterior en pocas palabras: aquí en BC Morena no ha podido construir un gobierno. No han tenido esa visión. El tiempo se les ha ido en puros conflictos y divisiones y en una disputa por el liderazgo del partido, por ver quién manda y quién tiene mejor relación con Obrador. La fractura que provocó Bonilla ha sido decisiva en la falta de cohesión de Morena.

Un factor que le ha sido favorable a los gobiernos de Morena, y a Marina en particular, es la mediocridad y la pobreza de los partidos de oposición en la entidad, que después de la elección de 2019 quedaron desechos y no se han podido recomponer. En realidad no existen, lo que alienta a los viejos políticos a seguir actuando igual que siempre y sin el mínimo de rubor.

La oposición empresarial también se apagó con la llegada de Morena y ahora una gran parte de ellos buscan integrarse al nuevo gobierno. Lo mismo sucedió con los llamados grupos de la sociedad civil, que se han reducido a su mínima expresión, para no hablar de una gran parte de los medios que se han volcado hacia los nuevos jefes.

Una expresión de esta lamentable situación es que, de cara a la próxima elección, Morena va a reciclar varios candidatos que no han dado resultados, pero la oposición también, buscando “ciudadanizar” a viejos políticos que de pronto descubrieron que el camino para conseguir una curul es hacerse ciudadanos.

Nunca antes había sido tan evidente la falta de opciones políticas. Marina debe estar feliz.

*El autor es analista político.

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