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Cobro de los Servicios Públicos

“No me quejaré, simplemente no regresaré”.

“No me quejaré, simplemente no regresaré”.

Esta es una frase que los mexicanos en general, bajacalifornianos y tijuanenses en particular, no podemos usar como defensa ante alguna injusticia o arbitrariedad de la mayoría de los prestadores de un Servicio Público; ellos saben perfectamente que debido a su necesidad, siempre volveremos con ellos, pues nos tienen cautivos permanentemente.

Los servicios públicos de suministro en este caso: electricidad y gas son fundamentales y desempeñan un papel esencial en el desarrollo económico y social. Los servicios públicos de suministro de calidad son una condición sine qua non para la erradicación efectiva de la pobreza. Los gobiernos son responsables en último término de asegurar el acceso fiable y universal a los servicios en unos marcos normativos que prevean la rendición de cuentas. La creciente competencia en el sector de los servicios públicos de suministro en los últimos años ha conllevado cambios en los marcos normativos y estructuras de responsabilidad de las empresas, además de la diversificación de las actividades empresariales.

Así entonces los servicios de gas son la prestación del servicio público domiciliario de gas combustible a través de redes de tubería, llenado de recipientes especiales o venta a domicilio. El distribuidor recibe el gas en las estaciones de puerta de la ciudad y lo conduce por medio de su red hasta el consumidor final.

Por su parte, la electricidad es movida con una fuerza que llamamos tensión. Llega a nuestras casas a través de cables que van entubados en la pared, debajo del suelo o en el techo. Una vez que entra en nuestra vivienda, se puede encontrar con el fusible.

Ante una necesidad o emergencia en estos servicios, la comunicación es muy inestable, ya que sus líneas telefónicas son impersonales o su respuesta es tardía; por su parte la CFE si cuenta con línea de emergencia permanente pero presenta deficiencias y las compañías de gas no cuentan con número de emergencia, su horario es reducido y las emergencias son atendidas por el H. Cuerpo de Bomberos como como especialistas, evadiendo de esta manera una responsabilidad generada por su servicio.

Cualquiera pensaría que si tienen una atención deficiente, no tiene que pasar lo mismo con los cobros, ¿pero que creen?, ese también es otro calvario; primeramente las largas filas de espera para realizarlo; la oficina de gas en la Zona Río no sirve su cajero; los de la CFE tienen lectores obsoletos. Pero tenemos que pagar.

Si alguien tiene la osadía de poner una queja, ésta tiene tiempo de respuesta de 10 días, para ese entonces usted ya resolvió su problema, ni que hablar de los “recibos locos” que en Baja California llegan y no presentan justificantes serios.

Estas adversidades le suceden a los usuarios que contratan el servicio, pero la ciudad cuenta con una serie de tomas clandestinas increíbles de servicios y no son atendidas adecuadamente, ocasionándoles grandes pérdidas económicas a los prestadores de servicios que terminan pagando los usuarios.

Así es que imagínese, si son malos para cobrar, el servicio está peor.

*El autor es Coordinador del Área Pericial del Instituto INJUS.

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