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Bonilla, el gobernador pugilista

El gober llegó con los guantes puestos para subirse al ring, intentando dejar su huella en la historia local, entrándole de frente y contra todos a los temas más controversiales... 

El gober llegó con los guantes puestos para subirse al ring, intentando dejar su huella en la historia local, entrándole de frente y contra todos a los temas más controversiales, consiguiendo así que la gubernatura más breve de la historia en Baja California, pasará a la posteridad por muchas y muy divertidas cosas… Primero Jaime Bonilla, luchó con uñas y dientes, para extender su mandato de gobierno otros tres añitos, apoyado por sus diputados locales. Pero afortunadamente todos los tribunales le dieron palo a sus aspiraciones de gobernar por tres años más.

Luego vinieron escándalos por moches entre sus más allegados y después el intento de modificar el periodo de la siguiente gubernatura. En el inter y para no perder condición, subió al ring a Zulema Adams, quien no quiso apoyarlo con la “Ley Gandalla”. La alcaldesa de Tecate terminó regañada, pero no bajó la guardia ante los rectos y volados del gobernador. Después andando calientito, comenzó el golpeteo contra los medios, siguiendo el ejemplo de López Obrador. Sólo que Bonilla no es AMLO y aquí los periodistas se le fajaron a los guamazos, obligando a la esquina del gobernador a lanzara la toalla, pues el inge quería seguir dando batalla.

De pronto, sus dos años de gobierno se redujeron sólo a uno, pues la pandemia le arrebató la mitad de su mandato. Quizá por la intención de no ser olvidado, el astuto Ingeniero decidió ir por el cinturón de campeón, liberando la caseta de cobro de Playas de Tijuana. Pero oh Dios, otro camotazo le llegó desde Palacio de Gobierno, pues AMLO le hizo entender que ese era un asunto Federal y en nada debía meter las manos el estatal. Después vino la idea de regularizar los autos chocolate y apoyar así a miles de familias trabajadoras. Pero una vez más, santo palazo federal, le voló desde la silla presidencial.

También se peleó contra Julián Leyzaola, reviviendo su expediente y emitiendo en su contra una orden de aprehensión, pero lo que parecía ser un nocaut, ahora se irá a decisión... Y ahora el último round se lo quiere aventar contra el alcalde tijuanense, Arturo González, a quien contra las cuerdas, le exige que abandone sus aspiraciones para convertirse en el siguiente gobernador. ¡Así no se puede señor! Se dedica a gobernar el breve año que le queda o se sigue desgastando poniéndose los guantes con el que pueda. Es evidente que como peleador nomás no la arma, pero aún puede hacer grandes cambios como gobernador, que lo inmortalicen como un gran estratega, dirigente y administrador.

* El autor es graduado de la licenciatura en Derecho de la UABC, escritor y conductor de radio.

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