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Bonilla a la Chingada

No hay plazo que no se cumpla ni fecha que no llegue, eso le ha pasado a Jaime Bonilla Valdez, gobernador de dos años de Baja California y que por métodos ilegales pretendió gobernar 5 años, pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación se lo impidió.

No hay plazo que no se cumpla ni fecha que no llegue, eso le ha pasado a Jaime Bonilla Valdez, gobernador de dos años de Baja California y que por métodos ilegales pretendió gobernar 5 años, pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación se lo impidió.

Aún recuerdo que hace dos años llegó Bonilla al Congreso del Estado a tomar protesta como gobernador por cinco años, inclusive, la entonces Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, en representación del presidente, Andrés Manuel López Obrador asisti[o y felicitó a Bonilla por su gobierno de 5 años, cuando tiempo atrás había criticado la pretensión de Bonilla de ampliar el plazo.

Sonriente, rodeado de sus aplaudidores y con un Congreso a modo rindió protesta, saliendo de allí los medios queríamos sus primeras declaraciones como gobernador y ahí tuvimos que luchar contra sus guaruras, incluso uno me empujó hacia una bocinas pero gracias a algunos compañeros no acabé en el suelo, ahí entendí lo que nos esperaba, no me equivoqué.

Se ha cumplido el plazo de una administración que como lo he señalado en este medio, era una administración de transición y así lo fue. Dos años de pleito con todo el mundo, dijo que haría tal cosa y no lo hizo como carretera a carriles de Ensenada a San Quintín, hospitales, etc., pero lo que se entretuvo estos dos años fue en pelearse con alcaldes y alcaldesas, con diputados, con empresarios, con reporteras y reporteros, con profesores, en fin un buscapleitos de la Liber, según él.

¿A dónde irá Bonilla a partir del lunes? Mucho se ha especulado que podría regresar a una curul en el Senado, pero el gringo de Bonilla ha dicho que no le gusta la Ciudad de México, como tampoco le gusta Mexicali, se pone malo, una por la altura, tal vez y la otra porque se enferma por el calor y los cachanillas.

El propio presidente López le ofreció empleo en su gabinete, pero Bonilla no ha abierto la boca para decir dónde podría servir a la cuarta transformación. Hay quienes dicen que le quiere tirar a la grande, o sea a ser presidente si es que en la encuesta para la revocación de mandato sale fuera López Obrador y como él tiene ya práctica en gobiernos cortos, la buscaría por tres años.

De las secretarías pues no se le acomoda nada, decía que Conagua, o Comunicaciónes y Transportes, pero ni Bonilla ni López han aclarado nada, sabemos que Bonilla tiene sus negocios y que tiene residencia en Estados Unidos, podría volver a su chamba en el Distrito de Agua de Otay o buscar una candidatura como representante en el Congreso estadounidense. También se había mencionado una embajada o el consulado de México en San Diego, así podría seguir frecuentando los casinos que le gustan o acudir al estdio a ver jugar a Los Padres de San Diego.

No pudo gobernar 5 años, qué bueno, ese es y será su mayor coraje y frustración, como muchas otras. A Bonilla le queda irse a La Chingada, en rancho en Palenque que tiene Andrés Manuel López y no ponga piedritas en el camino a la nueva administración estatal que encabezará Marina del Pilar Ávila Olmeda, la primera gobernadora de Baja California, por cierto Bonilla malapaga, cómo te quedó el ojo con el reconocimiento a Aremi Fuentes, ganadora del Premio Nacional del Deporte y tú no cumpliste con el pago de 50 mil pesos. Adiós Bonilla.

*El autor es periodista independiente.

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