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Asunto inexcusable

Las campañas políticas están en todo su apogeo y los candidatos parece que estuvieran viviendo en otra parte del mundo.

Las campañas políticas están en todo su apogeo y los candidatos parece que estuvieran viviendo en otra parte del mundo. Sus alusiones a los tradicionales asuntos del gobierno municipal, de tan trillados, solo parecen lugares comunes de los cuales hablan de manera automática y sin entusiasmo. Decir que se van a arreglar las calles y que se van a utilizar los recursos financieros de manera correcta, es algo que debería obviarse por ser las principales obligaciones que se deben cumplir. Por el contrario, existe un problema social y estructural que exige la atención general de todos, tanto los ciudadanos tecatenses como los tres niveles de gobierno: la escalada de violencia que padecemos.

Todos los habitantes de la ciudad estamos esperando que, en cualquier momento, alguien nos de la mala noticia de que un miembro de nuestra familia ha sufrido un ataque armado. En las noches dormimos acongojados y sobresaltados, pues el sonido de las balas se escucha, con demasiada frecuencia, muy cerca de nuestros hogares. El incremento de los asesinatos estilo ejecución parece no sorprender ni preocupar a las autoridades policíacas ni, mucho menos, a las administrativas de nuestra ciudad. Los atentados que antes se sucedían en la periferia de la ciudad, ahora son en pleno centro o en las inmediaciones del gobierno municipal. Ya no hay espacios sagrados ni límites geográficos para las ejecuciones.

Mientras esto sucede, los candidatos no han pintado una raya que les indique a los agresores que no habrá tregua y que el fin de la violencia está cercano. La ciudadanía merece vivir sin preocupaciones y la violencia debe ser erradicada de nuestra geografía. Esta debe ser la principal motivación y punto central de sus programas de gobierno. En nuestra ciudad ya no hay áreas de peligro, toda la ciudad está en riesgo latente. Por consiguiente, la recuperación de la tranquilidad debe ser la consigna porque es la única aspiración que tenemos los tecatenses. Pero no parece que los candidatos se hayan dado cuenta de esto.

Es urgente que se de inicio a una investigación exhaustiva en la Secretaría de Seguridad Ciudadana de nuestra ciudad. Los agentes policíacos en general están en riesgo, pero también sus familias y vecinos. La corrupción al interior de esta institución se adivina enorme, y la disposición de las autoridades municipales para sanearla no existe. En el último suceso fatal en el que una persona le arrebata la pistola a un agente, provocando que después fuera eliminado, muestra que el entrenamiento que recibió el policía dejó mucho que desear. Si con tanta facilidad son desarmados, poco respaldo podemos esperar de ellos. Además, se debe aclarar por qué el agente de la policía comercial portaba esa pistola, si no tienen permiso para ello. Todo lo que sucede en la corporación policíaca, sea correcto o incorrecto, es responsabilidad del gobierno municipal. Esta situación de terror local no ha sido atendida por los candidatos, lo cual nos lleva a pensar que nada cambiará cuando cualquiera de ellos gane la elección. Seguirán cayendo policías y ciudadanos sin ninguna consecuencia. Por consiguiente, los candidatos deben hacer un posicionamiento y definir lo que harán contra la violencia y la delincuencia. Vale.

* El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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